La épica siempre ha sido considerada como un género masculino. La emergencia de una identidad de grupo, masculina, blanca, aristócrática, cristiana, se suele hacer a partir de la representación y la exclusión del Otro, singular ficticio, que abarca en realidad una diversidad conjugada en etnia, origen, sexo, género, religión y en grados de ficción/historicidad. Efectivamente, en la épica histórica que relató la conquista, fuera de los conquistadores largamente enumerados y de los monarcas o caciques indígenas, pocos personajes gozan de una singularización histórica. El Otro, indio y femenino, hace una entrada comedida en la historia, en lo particular, en la verdad (histórica y cristiana). Es el caso de las intérpretes, la Malinche y la India Catalina, únicas mujeres indígenas históricas en aparecer integradas en la trama narrativa y en la empresa conquistadora en los poemas de Lasso de la Vega (Cortés valeroso y Mexicana, Mexicana), de Juan de Castellanos (Elegías de varones ilustres de Indias) y de Saavedra Guzmán (El peregrino indiano).
Published on 11/05/16
Accepted on 11/05/16
Submitted on 11/05/16
Volume 4, Issue 1, 2016
DOI: 10.13035/H.2016.04.01.08
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