La exclusión y la pobreza están ligadas por diversas razones, una de ellas es la propia estructura económica, porque ésta elimina a las personas de diversos ámbitos y con ello las excluye de las oportunidades para el desarrollo. Además, como mencionan Sabater y Giró (2015) la exclusión social es un proceso que no sólo afecta a grupos predeterminados concretos, sino que aqueja a personas y colectivos. La exclusión social adquiere diversas formas de manifestación en función de grado de vulnerabilidad y el riesgo que presenten tanto las personas como los colectivos, siempre transformándose en la forma de hacerlo, esto de acuerdo al grado de vulnerabilidad que presentan de acuerdo a los riesgos que enfrentan.
Subirats, et al. (2005) señalan que la exclusión social puede entenderse como una situación concreta resultado de la acumulación, superposición y/o combinación de diversos factores de desventaja, y genera entre las personas dificultad de acceder a los mecanismos de desarrollo personal, de inserción socio-comunitaria y sobre todo a los sistemas de protección social.
Tezanos (1999, citados en Sánchez et. al, 2013) agrega a la definición anterior, el que la exclusión social engloba situaciones que “apartan” a las personas de la sociedad, como por ejemplo la marginación en lo cultural o en la vivienda; la pobreza, en el ámbito económico; y generan enajenación social por consecuencia de procesos económicos, sociales que obstaculizan la manifestación de las capacidades en todas las áreas de desarrollo de las personas.
De acuerdo con Subirats (en Sabater, et al., 2015) la exclusión social tiene siete dimensiones, las cuales indica que son: económica, laboral, formativa, socio-sanitaria, residencial, política y contexto espacial. Dichas dimensiones que se unen a ejes de desigualdad como el género, la edad, la raza/etnia y la clase social, (mencionado en Sabater, et al., 2015). Además, la exclusión afecta a las personas en diversas áreas de su vida; dentro del ámbito social, donde los lazos se destruyen y no se desarrollan las relaciones; en lo económico, con salarios precarios, limitación en el consumo y la generación de pobreza; en lo político, con desinterés hacia la participación política y sobre todo el impacto de la exclusión se aprecia en la educación, en la salud, la vivienda, en el trabajo, entre otras actividades de desarrollo humano.
De lo anterior se deduce que la pobreza se vincula con el aspecto económico de la exclusión social. Por su parte, a la pobreza se le conceptualiza como la carencia de recursos para cubrir las necesidades de subsistencia, no es permanente, y por lo general, empeora y vulnera la calidad de vida de las personas. La pobreza es dinámica, como lo es la sociedad, responde precisamente a los cambios que en ella se dan, afecta de acuerdo a diversos ámbitos de la vida e impacta diferencialmente en función de las necesidades del mercado y sobre todo responde a la exclusión social, que en la sociedad se presenta hacia las personas de diversas edades y sexo.
La pobreza en las sociedades es estructural, es decir, responde al conjunto de las relaciones de producción que generan las desigualdades en la sociedad, que además se une a las características de escasez de recursos y la forma precaria del empleo. Cabe señalar que la precariedad en el empleo se asocia con la inseguridad, la incertidumbre y la falta de garantías económicas y sociales mínimas que garanticen la supervivencia de la persona o de la familia.
El enfoque económico, es la concepción que se está dando a la pobreza en este trabajo, se caracteriza por bajos niveles de salario o renta, muy poco consumo o gasto; pero en el mismo tenor, la pobreza también está relacionada con la falta de capacidades individuales para alcanzar un nivel básico de bienestar humanos, (Prialé, s.f.).
Hay que señalar que en este binomio exclusión-pobreza, también interviene un tercer elemento que es la inclusión o inserción, conceptualizada como una serie de medidas políticas y de movilización de recursos para organizar la incorporación de personas, en este caso, al acceso de recursos.
La exclusión es concebida por la inclusión, porque en su carácter multidimensional la exclusión genera situaciones complejas debido a las condiciones económicas adversas a los individuos; pero también se expresa en desigualdades sociales debido a las pocas oportunidades económicas. De esta forma el desempleo, ingresos reducidos, generan situaciones críticas en la familia que las conduce a la ausencia de redes o a combinaciones de riesgos que llevan a la ruina a la familia.
García, Malo y Rodríguez (en Pérez Moya, 2006) indican que se dan siete ámbitos donde las personas se mueven de acuerdo a exclusión-pobreza-inclusión:
Las sociedades actuales siempre presentan un grado de exclusión, la cual se da en diversos niveles de afección, Arroyo (2016) señala que la exclusión se presenta en tres niveles de acuerdo con la gravedad de la situación de las personas y el cómo éstas se recuperan, es decir, el grado de resiliencia. El primer nivel se muestra cuando la persona se encuentra en pobreza extrema3, donde la vida de la persona está en peligro; el segundo grado es cuando las personas, aunque pueden provenir de la pobreza extrema, pueden corregir algunas características de la pobreza, se diferencia de la de primer grado en la gravedad y en magnitud del riesgo para la supervivencia; de acuerdo con Arrollo (2016) en este nivel se incluyen a los ancianos, los desempleados, los indígenas, los discapacitados, los enfermos de SIDA, inmigrantes pobres, etcétera. Por último, el tercer nivel es la exclusión en donde la actitud y acciones del individuo rompen las reglas sociales, morales o legales, incluyen en este caso a los reclusos, prostitutas, alcohólicos, homosexuales, etcétera.
Estos niveles de exclusión se dan más por la vulnerabilidad que ciertos grupos poblacionales presentan, Hernández (2008) señala que en los diversos ámbitos de la vida se tienen poblaciones que se vuelven más susceptibles a la exclusión: a) en el ámbito económico: personas en pobreza y precariedad relativa; b) en lo laboral: los desempleados y aquellas personas que por sus capacidades les es difícil ingresar al mercado laboral; c) en la parte formativa: las personas analfabetas o aquellas que tienen un nivel básico de instrucción, las personas discapacitadas y a las que el sistema sanitario las vulnera; d) en el ámbito socio-sanitario: las personas drogodependientes y con enfermedades relacionadas; e) en el ámbito relacional, socio-sanitario y económico: las personas mayores; y f) en los ámbitos relacional, residencial, económico y ciudadanía: personas sin casa y las que no pueden cubrir sus necesidades básicas.
Por ello estudiar la exclusión y la pobreza en una población específica, resulta importante para determinar algunos factores que pudieran incidir en reducir o, idealmente, eliminar estas vulnerabilidades, y sobre todo para visibilizar una población que necesita el actuar de políticas públicas orientadas a la dignificación de su vida para reducir los dos niveles de coexistencia pobreza y exclusión social.
Para este trabajo se utilizó la tabla de información llamada “concentradohogar” que tiene CONEVAL vinculada a la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto en Hogares 2016. Esta tabla tiene 127 variables que se tomaron de las otras tablas de la base de datos de la ENIGH 2016 y que el propio INEGI integra. Se concentra por hogar, ingresos y gastos en toda modalidad posible, se emiten resultados trimestrales.
La variable dependiente fue el ingreso corriente que es considerado como la suma de los ingresos por trabajo, los provenientes de rentas, de transferencias, de estimación del alquiler y de otros ingresos. No se tomó tal cual, fue transformada considerando la Línea de Bienestar (LB), que CONEVAL propone para la medición de la pobreza. Este consejo mide la pobreza a través de dos líneas de bienestar, la mínima que equivale al valor de la canasta alimentaria por persona al mes, y la línea de bienestar, que equivale al valor total de la canasta alimentaria y de la canasta no alimentaria por persona al mes.
La variable de ingreso corriente, fue dividida entre 3 para tener el valor mensual, luego este valor se dividió entre el número de integrantes por hogar para obtener el ingreso de cada miembro de cada hogar. Para considerar esta LB se tomó el valor de $2,686.2, con él se siguió el siguiente algoritmo, este valor de la canasta es referente a peso de 2016 y el que da el porcentaje de pobreza que CONEVAL calcula:
Es así que se clasifican los hogares de acuerdo a los que están debajo de la línea de bienestar y los que se sitúan por arriba de la misma.
A continuación, en el cuadro se muestran las variables que se escogieron de la tabla “concentradohogar” y que se usarán en el modelo logístico para explicar la probabilidad de caer en pobreza. Las variables independientes consideradas fueron:
Nombre de la variable | Descripción |
EST_SOCIO | Estrato socioeconómico que se refiere a la clasificación de las viviendas del país de acuerdo a ciertas características socioeconómicas de las personas que las habitan, así como características físicas y el equipamiento de las mismas expresadas por medio de 24 indicadores construidos con información del Censo de Población y Vivienda 2010. Los códigos corresponden a: 1 Bajo, 2 Medio bajo, 3 Medio alto y 4 Alto |
CLASE_HOGAR | Clase hogar que corresponde a la diferenciación de los hogares a partir del tipo de relación consanguínea, legal, de afinidad o de costumbre entre el jefe(a) y los otros integrantes del hogar, sin considerar a los trabajadores domésticos y a los familiares de éstos ni a los huéspedes. Se clasifican en: 1 unipersonal: hogar formado por una sola persona que es el jefe(a); 2 nuclear: hogar constituido por un solo grupo familiar primario; 3 ampliado: hogar formado por el jefe(a) y su grupo familiar primario más otros grupos familiares u otros parientes; 4 compuesto: hogar formado por un hogar nuclear o ampliado con personas sin parentesco con el jefe(a); 5 corresidente: hogar formado por dos o más personas que no tienen parentesco con el jefe(a). |
SEXO_JEFE | Distinción biológica que clasifica al jefe del hogar en hombre o mujer. 1 Hombre y 2 Mujer. |
EDAD_JEFE | Años transcurridos entre la fecha de nacimiento del jefe del hogar y la fecha de la entrevista. |
EDUCA_JEFE | Educación formal del jefe del hogar.
Valor etiqueta: 01 Sin instrucción, 02 Preescolar, 03 Primaria incompleta, 04 Primaria completa, 05 Secundaria incompleta, 06 Secundaria completa, 07 Preparatoria incompleta, 08 Preparatoria completa, 09 Profesional incompleta, 10 Profesional completa, 11 Posgrado. |
TOT_INTEG | Número de personas pertenecientes a este hogar, sin considerar a los trabajadores domésticos y a los familiares de éstos ni a los huéspedes. |
P65MAS | Integrantes del hogar que tienen 65 o más años de edad. |
PERC_OCUP | Número de personas perceptoras ocupadas que tienen trabajo y reciben ingreso corriente monetario. |
PERCEP_ING | Número de personas que perciben ingreso corriente monetario |
TRANSFER | Las transferencias son las entradas en efectivo o en especie recibidas por los integrantes del hogar y por las cuales el proveedor o donante no demanda retribución de ninguna naturaleza |
ESTIMA_ALQ | Estimación del alquiler. Es el valor estimado del alquiler que habría de pagar en el mercado por contar con un alojamiento del mismo tamaño, calidad y ubicación. La realiza el propio informante con base en su apreciación del valor de mercado de la renta de su vivienda. |
GASTO_MON | Gasto corriente monetario. Es la suma de los gastos regulares que directamente hacen los hogares en bienes y servicios para su consumo. |
MENORES | Integrantes menores. Integrantes del hogar que tienen 11 o menos < 12 años de edad. |
Para el modelo matemático se implementó un diseño logístico, el cual se basa en encontrar una regresión: para , se considera la probabilidad cuando toma el valor 1, esto es:
Esto indica que la predicción de yi estima la probabilidad de que un individuo con características definidas por pertenezca a la población correspondiente a y = 1.
Es importante garantizar que la respuesta prevista esté entre cero y uno. Esto se logra cuando , y obligando que F tenga esa propiedad, para lo cual se propone a F como la función logística: , considerando 1- pi, tomando el cociente y renombrando al logaritmo de este cociente como g, el modelo queda:
A este modelo lineal se le llama logit, la variable g representa en una escala logarítmica la diferencia entre las probabilidades de pertenecer a ambas poblaciones.
Puede utilizarse como parámetros y , llamados cociente de momios o cociente de probabilidades. Estos valores indican cuánto se modifican las probabilidades por unidad de cambio en las variables X. De esta forma el modelo queda: ; extendiendo para el conjunto de las variables x, el modelo se expresa como: .
Con este modelo logístico se medirá la probabilidad de estar por abajo de la LB, ya que es el valor de 1 que se le dio a la variable dependiente en la clasificación de la tabla de datos de la ENIGH 2016.
No. de observaciones: 65,917; LR = 41,488.93, Prob > χ2 = 0.0000001, Log (verosimilitud) = -24,940.45; Pseudo R2 = 0.4541
Fuente: Obtenida por los autores usando la tabla concentrado hogar de CONEVAL y a través del paquete estadístico STATA 12.
Este primer modelo señala que para estar por abajo o por arriba de la línea de bienestar, las 12 variables consideradas en el modelo son altamente significantes, ya que el valor P > |z| es cero, lo que señala que las 12 variables explican la probabilidad de caer por abajo o encima de la línea de bienestar. Los cocientes de momios de la tabla 1 cuantifican la participación de cada variable a la probabilidad de caer por abajo o no de la línea de bienestar.
Variables independientes | β | Cociente de momios | Interpretación |
EST_SOCIO | -0.503 | 0.605 | La variable estrato socioeconómico tiene un coeficiente negativo, lo que indica que disminuye la probabilidad de estar por debajo de la LB, por cada nivel de cambio en el estrato socioeconómico, hacia arriba, la disminución es del orden de 0.5. |
CLASE_HOGAR | 0.193 | 1.213 | La clase de hogar tiene signo positivo en su coeficiente, por lo que aumenta la probabilidad de caer por debajo de la LB, por cada unidad que aumente en la clase de hogar el logit de estar por debajo de LB aumenta 0.193. |
SEXO_JEFE | 0.237 | 1.267 | La variable sexo del jefe del hogar aumenta (valor positivo del coeficiente) el logit de estar por abajo de la LB. Cambiar de jefe hombre a jefa mujer un 26% la probabilidad de estar por debajo de la LB. |
EDAD_JEFE | -0.003 | 0.997 | Esta variable es negativa en β por lo que influye disminuyendo la probabilidad de estar por debajo de la LB. |
EDUCA_JEFE | -0.103 | 0.902 | El nivel educativo del jefe de familia presenta en β un signo negativo lo que influencia disminuyendo la probabilidad de estar por debajo de la LB. |
TOT_INTEG | 1.124 | 3.077 | El total de integrantes influye de manera positiva, es decir, incrementa la probabilidad de estar por debajo de la LB. Así el riesgo de estar en pobreza se triplica por cada una persona que aumente en el hogar. |
P65MAS | 0.207 | 1.230 | La población de 65 años o más influye de manera positiva, aumenta la probabilidad de caer por debajo de la LB, así por cada persona que aumente en el hogar de esta edad, el riesgo de caer por debajo de la LB es .23 |
PERCEP_ING | 0.263 | 1.301 | El número de perceptores de ingresos en el hogar influye de manera positiva, así que por cada aumento de un perceptor en el hogar aumenta la probabilidad de estar por debajo de la LB. |
PERC_OCUPA | -1.133 | 0.322 | El número de perceptores ocupados disminuye la probabilidad de estar por abajo de la LB. |
TRANSFER | -0.00013 | 0.99987 | Las transferencias de recursos influyen de manera inversa a la probabilidad de estar por abajo de la LB, pero como su coeficiente es casi cero, deja igual la situación de estar por arriba o por debajo de la LB. |
ESTIMA_ALQU | -0.00028 | 0.99972 | La estimación del gasto en el alquiler de vivienda es negativa por lo que disminuye la probabilidad de estar por debajo de la LB. |
GASTO_MON | -0.00008 | 0.99992 | La influencia de esta variable es inversa, así que, a un aumento del gasto monetario, disminuye la probabilidad de caer por debajo de la línea de bienestar. |
No. de observaciones = 12,528; LR = 8,421.47; Prob > χ2 = 0.0000;
Log(verosimilitud) = -4,451.14; Pseudo R2 = 0.4861.
Fuente: Obtenida por los autores usando la tabla concentrado hogar de CONEVAL y a través del paquete estadístico STATA 12.
Este modelo señala que para estar por abajo o por arriba de la línea de bienestar, las 11 variables consideradas son altamente significantes, ya que el valor P > |z| es cero. Los cocientes de momios de la tabla 4 cuantifican la participación de cada variable a la probabilidad de caer por abajo o no de la línea de bienestar.
Variables independientes | β | Cociente de momios | Interpretación |
EST_SOCIO | -0.546 | 0.579 | La variable estrato socioeconómico presenta un coeficiente negativo lo que significa que al aumentar de estrato la probabilidad de estar por debajo de la LB disminuye. |
CLASE_HOGAR | 0.722 | 2.058 | La variable clase de hogar influye de manera directa sobre estar debajo de la LB, es decir, al aumentar el tipo de clase de hogar aumenta la probabilidad de caer debajo de LB. Así el riesgo se duplica al cambio del tipo de hogar. |
EDUCA_JEFE | -0.078 | 0.925 | La educación del jefe de familia influye de manera negativa, es decir, al aumentar el nivel educativo la probabilidad de estar debajo de la LB disminuye. |
TOT_INTEG | 1.026 | 2.790 | El total de integrantes es una variable de influencia positiva, al aumentar un integrante en la familia la probabilidad de estar por debajo de la LB aumenta y el riesgo es del doble. |
P65MAS | 0.613 | 1.846 | Al aumentar una persona de 65 años o más en el hogar aumenta la probabilidad de estar por debajo de la LB. |
PERCEP_ING | 0.131 | 1.140 | Si aumentan los perceptores de ingresos aumenta la probabilidad de estar debajo de la LB |
PERC_OCUPA | -1.127 | 0.324 | Si aumentan los perceptores ocupados disminuye la probabilidad de estar por debajo de la LB. |
TRANSFER | -0.0002 | 0.99980 | Las transferencias tienen una influencia inversa en la probabilidad de estar por debajo de LB, así si aumentan las transferencias, disminuye la posibilidad de estar debajo de dicha línea. |
ESTIMA_ALQU | -0.0004 | 0.99960 | La estimación del gasto en alquiler influye de manera inversa a la posibilidad de estar por debajo de la LB. |
GASTO_MON | -0.0001 | 0.99990 | El gasto monetario tiene un comportamiento parecido a la estimación del gasto en alquiler como de las transferencias. |
MENORES | 0.253 | 1.288 | La variable menores al tener un coeficiente positivo influye directamente en la probabilidad de caer por debajo de la LB, así al aumentar un menor en el hogar aumenta la probabilidad de estar por debajo de la LB. |
Al obtener los dos modelos, a simple vista parecen semejantes, lo que implicaría que no hay diferencias entre tener jefatura joven o vieja y considerar hogares de adultos mayores exclusivamente o compuestos. Es de esta forma en la tabla 5 se muestra estas diferencias o semejanzas, cabe resaltar que el tener en el hogar adultos mayores es importante para estar por debajo de la LB, pero es más probable estar por debajo de dicha línea en los hogares de adultos mayores y cuando hay más de uno de ellos en él. Los gastos y las transferencias son importantes en el hogar, en ambos modelos logísticos, pero no determinan estar por arriba o por debajo de la LB, porque los cocientes de momios son materialmente uno.
Variables independientes | Modelo jefe 65 y +, con al menos un AM | Modelo general, todos los hogares | Diferencias o similitudes | ||
Coefi-ciente β | Cocien-te de momios | Coefi-ciente β | Cocien te de momios | ||
EST_SOCIO | -0.546 | 0.579 | -0.503 | 0.605 | En ambos modelos el signo de β es negativo, influencia de manera inversa por estar debajo de la LB. Los cocientes de momios son parecidos. |
CLASE_HOGAR | 0.722 | 2.058 | 0.193 | 1.213 | Tiene β signo positivo para ambos modelos, pero el riesgo de estar en pobreza es mayor en el modelo de jefe de 65 años y más. |
EDUCA_JEFE | -0.078 | 0.925 | -0.103 | 0.902 | En ambos modelos el signo de β es negativo, influencia de manera inversa por estar debajo de la LB. Los cocientes de momios son parecidos. |
TOT_INTEG | 1.026 | 2.790 | 1.124 | 3.077 | Tiene β signo positivo para ambos modelos, pero el riesgo de estar en pobreza es mayor en el modelo general. |
P65MAS | 0.613 | 1.846 | 0.207 | 1.230 | Tiene β signo positivo para ambos modelos, pero el riesgo de estar en pobreza es mayor en el modelo de jefe de 65 años y más. |
PERCEP_ING | 0.131 | 1.140 | 0.263 | 1.301 | Tiene β signo positivo para ambos modelos, pero el riesgo de estar en pobreza es mayor en el modelo general. |
PERC_OCUPA | -1.127 | 0.324 | -1.133 | 0.322 | En ambos modelos el signo de β es negativo, influencia de manera inversa por estar debajo de la LB. Los cocientes de momios son parecidos. |
TRANSFER | -0.0002 | 0.9998 | -0.00013 | 0.99987 | En ambos modelos el signo de β es negativo, influencia de manera inversa por estar debajo de la LB. Los cocientes de momios son parecidos. |
ESTIMA_ALQU | -0.0004 | 0.9996 | -0.00028 | 0.99972 | En ambos modelos el signo de β es negativo, influencia de manera inversa por estar debajo de la LB. Los cocientes de momios son parecidos. |
GASTO_MON | -0.0001 | 0.9999 | -0.00008 | 0.99992 | En ambos modelos el signo de β es negativo, influencia de manera inversa por estar debajo de la LB. Los cocientes de momios son parecidos. |
En la tabla 6 se muestran ejemplos usando el modelo general para calcular probabilidades de quedar debajo de la LB, así los dos primeros muestran un jefe de familia joven, pero uno es hombre y el otro es mujer, con un adulto mayor en el hogar, cuatro integrantes, un perceptor de ingresos, con $3000 de gastos y con $500 de transferencias, $2000 de gasto de alquiler de vivienda y estrato socioeconómico bajo; se observa que en el caso de la jefatura masculina, la probabilidad de estar por abajo de la LB es de 0.9743, mientras que si la jefatura es femenina esa misma probabilidad es 0.9796. Al cambiar la edad del jefe de familia (65 años de edad) y considerando los mismos supuestos de los ejemplos anteriores, la probabilidad de estar por arriba de la LB con la característica de que el jefe de familia es hombre de 65 años es 0.9720; mientras que, si es mujer de 65 años la jefa de familia, la probabilidad es .9778. Cuando se aumenta el nivel escolar del jefe de familia, se sube de estrato socioeconómico, se tiene propiedad de la vivienda y se disminuyen los integrantes de los hogares las probabilidades de caer por debajo de la LB disminuyen considerablemente.
En la tabla 7 se muestran 4 ejemplos del modelo donde sólo se consideró hogares donde el jefe de familia tiene 60 o más años y en el hogar existe al menos una persona mayor; así cuando se tienen las mismas características del modelo general donde el jefe de familia es hombre de 60 años y más, variación de integrantes del hogar, con un o dos adultos mayores, gastos de $3000 y $500 o $1000 de transferencias y tener o no propiedad de la vivienda, la probabilidad de estar por debajo de la LB es en promedio mayor que en los hogares con jefe joven.
El binomio exclusión-pobreza de la población adulta mayor que Hernández (2008) clasifica en el ámbito de la exclusión en relacional, socio-sanitario y económico, es decir, tres áreas que hacen más vulnerables a esta población. Así en el ámbito relacional intervienen el deterioro de las redes familiares (donde hay cuadros de violencia o de conflictos), escasez de las redes (hogares de una sola persona), rechazo o estigmatización social (en la vejez la incapacidad, la dependencia); en el área socio-sanitaria que implica el no acceso al sistema, adicciones y enfermedades de alto costo, enfermedades infecciosas, enfermedades mentales, crónicas, degenerativas y las que provocan gran dependencia; por último el ámbito económico que trae consigo la propia pobreza, las dificultades financieras, la dependencia a las prestaciones sociales o bien la desprotección social.
Este binomio pobreza-exclusión se sustenta en todas las poblaciones en lo cultural, económico y social, donde los ejes de la desigualdad son el género, la edad, la etnia y la clase social. En este trabajo revisar la exclusión por edad es importante porque en las personas mayores de antemano se establece una desigualdad en la sociedad, cuando ya no es posible contratar a las personas en el mercado laboral y por tanto son excluidos de cualquier beneficio económico que implica el trabajo. Por otra parte, a determinada edad, el abandono, la orfandad de amigos y familiares sitúan a las personas mayores en un aislamiento que los conduce a ser una población frágil y vulnerable, si además se junta que en edades mayores a los 70 las enfermedades de alto impacto económico son recurrentes y son el pan nuestro de cada día, la segregación de estas personas es mayor.
Arroyo (2016) señala que además a lo anterior hay que agregar que la exclusión social tiene mucho que ver con los territorios, donde condiciones como las ambientales, las sociales, las culturales y hasta las políticas influyen en que los grupos sociales sean excluidos de manera diferenciada, no es lo mismo ser adulto mayor urbano con familiares y redes de amigos, que ser indígena adulto mayor, monolingüe, sin familiares y vivir en comunidades aisladas.
Estudios muestran que hay variables de exclusión que están fuertemente relacionadas con la pobreza, la dinámica del mercado donde la edad es una variable importante para discriminar a las personas; la rotación en el empleo debido a las características macroeconómicas o bien por el género, donde las mujeres por su papel de cuidadoras tienen que abandonar los empleos, el número de hijos en los hogares puede llevar a caer en un círculo vicioso de la pobreza y sobre todo residir en zonas rurales, media urbana o urbana puede hacer la diferencia en la pobreza.
El PNUD (2016) señala que aunado a lo anterior las trayectorias familiares son esenciales para la exclusión-pobreza, así como los problemas de salud; pone especial cuidado en la población indígena o afrodescendiente, donde la probabilidad de salir de la pobreza de ingresos está sujeta a esa condición étnica – racial.
Tener bienes duraderos que sirven para tener efectivo ante las contingencias o como sistema de protección social permite a las familias salir de la pobreza; al igual si el jefe de familia tiene empleo formal. PNUD (2016) agrega, que no sólo el problema económico incide en la pobreza, factores demográficos y educativos son muy importantes, ya que pueden generar grandes desigualdades que no les permite a las personas acceder a un mejor trabajo o a que éste se encuentre en el mercado formal. El empleo formal genera mecanismos de protección social que evitan un retroceso en el bienestar económico de las personas.
Según datos de CONEVAL (2016) 53.4 millones de personas (43.6%) en México en el año 2016 se encontraban en pobreza y 9.4 millones (7.6%) estaban considerados en la pobreza extrema, varios de los factores ya mencionados son los que influyen para que las personas permanezcan en la situación de pobreza o bien caigan en ella. El mismo CONEVAL (2016) señala que una desigualdad importante en el país, es la pobreza en los hogares encabezados por mujeres porque se asocian a vulnerabilidad sociodemográfica, porque tienen mayor número de niños y adultos mayores, poblaciones frágiles y sesgadas enfocadas a la exclusión. Es importante señalar que la jefatura del hogar, la composición, el ingreso, la educación, la salud, la vivienda y la seguridad social son elementos importantes para analizar al binomio pobreza – exclusión.
En los estudios de pobreza en España, que realiza Llano (2016), proporciona elementos importantes que pueden extenderse a varios países en el mundo: los hombres en jefatura tienen más altas tasas de pobreza (22.5, en 2015 comparado con 21.8% para las mujeres), la pobreza es significativa en la población con menor nivel de estudios (29.9% tienen el primer nivel de secundaria), 44.8% de los desempleados y 21% de los inactivos caen en esta situación, el 13% de las familias monoparentales son las que presentan pobreza.
Considerando estos resultados se elaboraron dos modelos logísticos teniendo como respuesta el estar por abajo de la LB y como variables independientes el sexo de la jefatura, la edad del jefe de familia, el número de integrantes del hogar, los que tienen 65 y más años, el número de ocupados, el gasto total, las transferencias, el total de perceptores en el hogar, el estrato socioeconómico, el tipo de hogar, tener menores en el hogar y el nivel educativo de los jefes de familia. Los dos modelos se hicieron para comparar hogares en general y hogares de adultos mayores. Los resultados muestran lo que se sabe de la pobreza-exclusión, esas variables son muy importantes para calcular la probabilidad de estar por arriba de la LB, efectivamente hay diferenciales por ser jefe de familia hombre o mujer, tener adultos mayores en el hogar o ser jefe adulo mayor, a medida que hay mayor número de perceptores de ingresos, la probabilidad de estar por arriba de la LB.
Con los ejemplos que se calcularon a través de los dos modelos logísticos, puede apreciarse que los hogares de los adultos mayores tienen mayor probabilidad de caer por debajo de la LB, efectivamente la jefatura del adulto mayor y con mayor número de personas mayores en el hogar sitúan a estos hogares en gran vulnerabilidad y mayor exclusión.
Los autores agradecen a la Dirección General de Asuntos del Personal Académico de la Universidad Nacional Autónoma de México, a través del proyecto PAPIIT IG300517 el financiamiento de la investigación.
(1) La pobreza integrada es la considerada como la que sufren las personas de forma endémica; se da en países poco desarrollados. Las personas que están en esta categoría no están estigmatizadas y se piensa que con el desarrollo económico desaparece esta pobreza.
(2) Esta economía hace referencia a la economía ilegal, aunque también se incluye la economía informal.
(3) Estar en pobreza extrema, según CONEVAL, es cuando tres de seis derechos sociales se incumplen (rezago educativo, carencias de alimentación, de servicios de salud, de calidad y espacios de la vivienda, de servicios básicos de la vivienda o de seguridad social) y además, las personas tienen los ingresos por familia son menores a $1,060.24 en zonas rurales o $1,477.31 en las urbanas (a precios de agosto de 2017).
Arroyo Bovea, M. (2016). Exclusión social y pobreza en la Unión Europea. Grupo Interdisciplinario de Estudios Críticos y de América Latina (GIECRYAL) de la Universidad de Alicante, 7(85), 104-131.
CONEVAL. (2016). Pobreza en México. Recuperado el agosto de 2018, de https://www.coneval.org.mx/Medicion/MP/Paginas/Pobreza_2016.aspx
Feres, J.C. y Mancero, X. (s.f.). Enfoques para la medición de la pobreza. Breve de la revisión de la literatura. Santiago de Chile: CEPAL.
García Luque, O. y Losa Carmona, A. (2008). Capítulo 13. Pobreza, condiciones de vida y privación. En N. Hernández Pedreño, Exclusión social y desigualdad (págs. 317-342). Murcia: Universidad de Murcia, Servicio de Publicaciones.
Hernández Pedreño, M. (2008). Exclusión social y desigualdad. Murcia: Universidad de Murcia, Servicio de Publicaciones.
Hernández Pedreño, M. (2008). Capítulo 1. Pobreza y exclusión en las sociedades del conocimiento. En Hernández Pedreño, M, Exclusión social y desigualdad (págs. 15-58). Murcia: Universidad de Murcia, Servicio de Publicaciones.
Hernández Pedreño, M. (2010). El estudio de la pobreza y la exclusión social. Aproximación cuantitativa y cualitativa. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 69(24,3), 25-46.
INEGI. (2016). Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2016, ENIGH. Nueva serie Descripción de la base de datos. Cd. de México: INEGI.
Llano Ortiz, J. (2016). El estado de la pobreza. Seguimiento del indicador de riesgo de pobreza y exclusión social en España 2009-2015. Resumen Ejecutivo. España: EAPN.
Martínez, J. (2008). Capítulo 3. Educación social para la igualdad. En Hernández Pedreño, M., Exclusión social y desigualdad (págs. 79-104). Murcia: Universidad de Murcia, Servicio de Publicaciones.
Mira Albert, S. (2008). Capítulo 11. Indicadores sociales y valoración de la exclusión. En Hernández Pedreño, M., Exclusión social y desigualdad (págs. 281-293). Murcia: Universidad de Murcia, Servicio de Publicaciones.
Moreno Mínguez, A. y Acebes Valentín, R. (s.f.). Estado de bienestar, cambio familiar, pobreza y exclusión social en España en el marco comparado europeo. Revista del Ministerio de Trabajo y Migración, 75, 31-49.
Moya, E. (2013). El concepto de exclusión social, una mirada crítica. Buenos Aires, Argentina: X Jornadas de Sociología. Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires.
Pérez Moya, C. (2016). La pobreza y el nuevo contexto de la exclusión social. Publicaciones didácticas , 479-483.
PNUD. (2013). Seguridad ciudadana con rostro humano: diagnóstico y propuestas para América Latina. Informe regional de Desarrollo Humano 2013-2014. Nueva York, estado Unidos: PNUD.
PNUD. (2016). Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe Progreso multidimensional: bienestar más allá del ingreso. Nueva York: Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
Prialé, M. (s.f.). Exclusión y pobreza: Realidades Conectadas. (S. compartidos, Ed.) Recuperado el marzo de 2018, de www.sabercompartidos.pe 04.03.18
Sabater Fernández, C. y Giró Miranda, J. (2015). La nueva pobreza. El desahucio como proceso de exclusión. Ehquidad International Welfare Policies and Social Work Journal(3), 77-106.
Sánchez Alías, A. y Jiménez Sánchez, M. (2013). Exclusión social: Fundamentos teóricos de la intervención. Trabajo social global, 3(4), 133-156.
Sánchez Mora Molina, M.I. y Olaz Capitán, A. (2008). Capítulo 7. Dependencia y riesgo social . En Hernández Pedreño, M, Exclusión social y desigualdad (págs. 169-184). Murcia: Universidad de Murcia, Servicio de Publicaciones .
Subirats, J.; Giménez, M y Obradors, A. (2005). Exclusión social y políticas de inclusión. Algunos elementos sobre la realidad europea y española. Revista do Serviço Público, 56(1), 23-35.
Tezanos Vázquez, S.; Quiñones Montellano, A.; Gutierrez Sobrao, D. y Madrueño Aguilar, R. (2013). Manuales sobre cooperación y desarrollo. Desarrollo humano, pobreza y desigualdades. Santander, España: Cátedra de Cooperación Internacional y con Iberoamérica - Universidad de Cantabria.
Vicente Jiménez, T. (2008). Capítulo 5. Derechos sociales e integración. En Hernández Pedreño, M., Exclusión social y desigualdad (págs. 131-145). Murcia: Universidad de Murcia, Servicio de Publicaciones.
Published on 17/12/21
Submitted on 25/11/21
Licence: CC BY-NC-SA license