Manuel Bestratén, Presidente de MIESES Global y Joan Perona, Socio de PRODEN GROUP y Colaborador en MIESES Global
Resumen de la ponencia del Congreso de Economía organizado por el Colegio de Economistas de Cataluña, a celebrar en el año 2024 en Barcelona. En dicha ponencia se recoge la Estrategia de medición de la rentabilidad generada en valores tangibles e intangibles por las acciones preventivas en pro de la Salud y la Sostenibilidad empresarial, la cual se aplica por el Movimiento MIESES Global en sus intervenciones en las organizaciones y cuenta con el aval de la Organización Internacional del Trabajo, OIT.
A partir del diagnóstico de la Cultura de Excelencia en base al Modelo 4P (las Personas en el corazón, la Prevención de daños laborales, la protección del Planeta y la Prosperidad) desarrollado por MIESES Global (entidad sin ánimo de lucro comprometida en ayudar a las pequeñas organizaciones a ser sostenibles y competitivas), se establece un plan de acción como respuesta a las necesidades detectadas y a los propios intereses empresariales. Medir la rentabilidad económica, social y ambiental generada es determinante para la transformación de una organización en pro de su sostenibilidad.
La gestión del capital intelectual y sus intangibles constituyen el principal activo organizacional y no han tenido suficiente desarrollo en los balances empresariales. Los sistemas de medición convencionales, basados casi exclusivamente en indicadores económicos son de valor muy limitado.
La empresa es un sistema complejo en el que todo está interrelacionado. En el modelo que aplicamos nos centramos fundamentalmente en la evaluación de las acciones innovadoras en los procesos/procedimientos de trabajo y los resultados derivados que generan, siempre con respeto a la Dignidad del trabajo y a la Sostenibilidad. Los indicadores clave de eficacia de los procesos, expresados unos en términos cuantitativos y otros cualitativos, son cuatro: Rendimiento, Calidad, Salud y Sostenibilidad y Satisfacción generada.
Los ingresos que genera toda acción sobre las personas y sus competencias son el ahorro económico por la reducción de fallos e incidentes, la mejora de la productividad y el incremento del capital intelectual, asociado directamente al incremento de la competitividad. A su vez, los gastos son los generados por las inversiones, fundamentalmente activos intangibles (formación, procedimientos y mejoras organizativas, desarrollo del sistema de competencias, etc.). La diferencia entre ingresos y gastos/ inversiones es el beneficio generado.
Resulta esencial que exista una política de personal que atienda al conjunto de factores que determinan el que personas competentes puedan desempeñar su trabajo de manera excelente con el reconocimiento justo que merecen. Cuatro aspectos lo determinan a analizar: la selección de personal, el desarrollo profesional, la remuneración y la atracción/retención del talento.
La empresa es un sistema complejo en el que las variables que determinan los resultados de sus procesos productivos y de su sistema de gestión empresarial están interrelacionadas. Los valores que determinan conductas positivas se ven en gran medida neutralizados por los contravalores que imperan fuera de control. También factores de inoperancia, ineficiencia e incluso negligencia afectan a los procesos productivos. Es necesario conocer los aspectos positivos y negativos que están afectando a los mismos y a la organización en general. De ahí la importancia de trabajar con indicadores económicos y sociales, conjugándolos en un sistema de medición unitario para encontrar interrelaciones y correlaciones matemáticas que marquen el camino. El valor de la medición radica siempre en términos relativos a través de la evolución producida en el tiempo por las mejoras implantadas.
La inversión en valores intangibles como son: la formación, la participación, la implantación de procedimientos y el aporte creativo de las personas, genera de por sí rendimientos crecientes, a diferencia de las inversiones materiales, casi siempre de rentabilidad limitada y decreciente al tener la mayoría de veces caducidad y requerir su renovación. Bajo una gestión de competencias estratégica los costes son cada vez menores al fundamentarse más en el autocontrol que en la supervisión.
Lamentablemente se habla en estos tiempos de incrementos de la productividad a partir de la reducción de los salarios, algo que no hace más que mostrar una visión reduccionista y muy limitada del actual sistema económico, frente a lo que debiera ser su incremento a partir del mayor valor generado en los productos y procesos, complementado con una sustancial reducción de costes de ineficiencia de todo tipo.
Hemos enriquecido el análisis convencional de la productividad mediante índices de rendimiento como el VACH, Valor Añadido del Capital Humano, y el ROICH, Rendimiento de la Inversión en Capital Humano. Tales índices expresan de manera clara la incidencia de los cambios generados en las personas, en la mejora del valor generado y en el rendimiento, lo que favorece la reflexión sobre la calidad de las acciones llevadas a término.
Published on 01/06/24
Submitted on 30/05/24
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