EN PLENO SIGLO XVIII Michael Faraday sentó las bases del electromagnetismo a partir de muchas horas de laboratorio. Desgraciadamente, este famoso científico carecía de conocimientos matemáticos suficientes como para formalizar sus observaciones de manera que pudiesen ser expresadas en términos matemáticos. Hizo falta esperar 100 años para que otro eminente científico, James Maxwell, formalizara las observaciones de Faraday en sus ya famosas ecuaciones del campo electromagnético. El desconocimiento matemático de Faraday le costó, como poco, la tediosa tarea de describir en lenguaje natural sus conclusiones, con la consiguiente ambigüedad que esto conlleva, además del gasto desmesurado de papel, y con el consiguiente retraso que, hasta cierto punto, esto supuso para su disciplina.
Published on 01/01/07
Accepted on 01/01/07
Submitted on 01/01/07
Volume 1, 2007
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