Entre las dimensiones competenciales implicadas en la alfabetización digital, la dimensión emocional tiene que ver con el aprendizaje del control de emociones negativas, con el desarrollo de la empatía y con la construcción de una identidad digital caracterizada por el equilibrio afectivo-personal en el uso de las TIC (tecnologías de la información y la comunicación). Sabemos que según los rasgos de personalidad que posean los sujetos, éstos actuarán diversamente a la hora de afrontar su comportamiento informacional. La cuestión planteada es en qué medida se incluyen las características psicológicas de los destinatarios en una estrategia específica de alfabetización informacional, si consideramos que un aspecto esencial en estos procesos de aprendizaje reside en la motivación intrínseca y en la actitud de los participantes. Estudios como el efectuado por Heinström sobre rasgos de personalidad y conducta informacional, nos orientan en este sentido. La propuesta de incorporar tests de personalidad reducidos y simples, o aplicaciones TIC o vía redes sociales, nos permitiría quizá conocer de antemano los rasgos de personalidad de los sujetos de un programa de alfabetización informacional para lograr adaptarlo con mayor eficacia a sus características.
Published on 02/05/15
Accepted on 02/05/15
Submitted on 02/05/15
Volume 9, 2015
DOI: 10.3145/thinkepi.2015.03
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