Resumen

En la actualidad se asiste a una supremacía del valor de las audiencias en el panorama televisivo occidental. Se hace cada vez más urgente redefinir los conceptos de «servicio público» en televisión, que se supone ser de «calidad», y comprender de qué manera las estaciones públicas, actualmente confrontadas con problemas de falta de recursos económicos, pueden seguir fieles a su misión de servicio público. Por otro lado, es pertinente verificar si es posible atraer a las televisiones privadas para conceptos de parrilla más conformes a lo que es considerado «servicio público», que en simultáneo puedan ser «interesantes» desde el punto de vista económico/audiencias, sin acercarse a la telebasura y garantizando contenidos de calidad a los telespectadores. Para esto hay que definir lo que es «calidad», lo que es un concepto vago y que suscita actualmente muchas discusiones en el ámbito del audiovisual y académico también, y para lo cual no hay respuestas concretas ni definitivas. Sabiendo que los programas de calidad son más onerosos en producción que los de telebasura, y sabiendo que son estos últimos los que consiguen más financiación por sus audiencias, traducidas en publicidad y por su vez, dinero, se concluye fácilmente que hay una competencia desleal entre públicos y privados. Esto lo que toca a la producción de contenidos de calidad, una vez que las estaciones públicas se debaten con la cuestión de la financiación pública y del Estado, que no es comparable a las recetas de la publicidad y las leyes de mercado por las cuales se dirigen las estaciones privadas de televisión. Haciendo un recorrido de lo que es considerado como «Servicio Público de Televisión» en Europa, nombradamente según el tratado de Ámsterdam, se pretende discutir el audiovisual y proponer algunos caminos a seguir hacia una televisión de calidad, pedagógicamente sana y enriquecedora, y demostrar algunos ejemplos bien conseguidos de programas de calidad, en la televisión pública, bien en la privada, en Portugal. El contenido pertinente para la sociedad civil es lo que mejor puede definir la misión de servicio público; los ejemplos a presentar en la comunicación ilustrarán las características requeridas de ese servicio público, que puede ser ejercido a través de contenidos informativos y comunicativos de calidad. Estos programas ejemplifican cómo se puede hablar de calidad en el sector privado de televisión y cómo las televisiones públicas necesitan muchas veces adaptar su parrilla a horarios más conformes al ritmo de vida de los espectadores. Solamente buscando buenos ejemplos de calidad en los contenidos televisivos se podrá hablar de una verdadera televisión «pedagógica», con la cual se puede aprender y ayudar a crear bases sólidas y sanas en una población cada vez más alejada de los derechos y deberes de ciudadanía y responsabilidad social, en el seno de la post-modernidad.

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Published on 30/09/05
Accepted on 30/09/05
Submitted on 30/09/05

Volume 13, Issue 2, 2005
DOI: 10.3916/25782
Licence: CC BY-NC-SA license

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