Este artículo analiza el montaje de la comedia calderoniana Antes que todo es mi dama, dirigido por Adolfo Marsillach en 1987, y su planteamiento rupturista con la tradición moderna de representación de los clásicos barrocos en España. El análisis observa los mecanismos dispuestos por Marsillach, tanto a nivel escénico como interpretativo, para establecer un irónico diálogo con las convenciones genéricas de la comedia de capa y espada.
Published on 29/01/14
Accepted on 29/01/14
Submitted on 29/01/14
Volume 2, Issue 1, 2014
DOI: 10.13035/H.2014.02.01.04
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