Debido a la suspensión en la concesión de licencias para imprimir comedias y novelas, las obras calderonianas vivieron varios años sobre las tablas antes de poder estamparse en letra impresa. Levantada ya la prohibición, los avatares que sufrieron en este periodo (diferentes representaciones que generaban diferentes copias del texto según la compañía que lo poseyera, atribuciones falsas, etc.) perjudicaron la labor de recuperación de las comedias por parte del poeta y, en algún caso, mermaron la calidad del texto finalmente impreso. Este hecho se constata aquí a partir del caso particular de El príncipe constante, obra que cierra la Primera parte de comedias (1636) de don Pedro Calderón. Se trata de una edición descuidada, que dificulta la labor del editor actual, que deberá recurrir a otros testimonios fiables para subsanar los errores de la edición y ofrecer así al lector, en última instancia, un texto lo más cercano posible a la hipotética última voluntad del poeta.
Published on 01/01/08
Accepted on 01/01/08
Submitted on 01/01/08
Volume 1, Issue 1, 2008
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