Se plantea la profesión del documentalista con una perspectiva histórica y se trata de averiguar el por qué de su crisis de identidad. Se insinúa que su unión con los bibliotecarios y archiveros a la larga ha resultado perniciosa, quizá un lastre para su evolución y su imágen más dinámica. La autora no prevé que la situación cambie a corto plazo.
Published on 07/08/09
Accepted on 07/08/09
Submitted on 07/08/09
Volume 18, Issue 4, 2009
DOI: 10.3145/epi.2009.jul.09
Licence: CC BY-NC-SA license
Are you one of the authors of this document?