La búsqueda de medios para proporcionar suficiente resistencia a una estructura y asegurar un comportamiento satisfactorio para diferentes niveles de intensidad sísmica, ha proporcionado un desarrollo notable en los últimos veinte años del uso de los sistemas de control de vibraciones. El concepto general en el que se basan estos dispositivos consiste en el aumento de la capacidad del sistema para disipar energía, mediante la aplicación de fuerzas pasivas o activas, contrarias a las generadas por la acción externa. También se reconoce la importancia de controlar el periodo de la estructura para evitar que coincida con las frecuencias en las que se concentra la mayor parte de la energía del sismo. A la fecha los sistemas de control pasivo son los que han sido empleados con mayor frecuencia, y entre ellos, el aislamiento de base el más utilizado. Las razones por las que se ha preferido estos sistemas son de carácter económico, de fiabilidad, de mantenimiento y a su mayor desarrollo teórico y tecnológico. Los apoyos de neopreno y los apoyos deslizantes que se utilizan en el diseño de puentes para permitir los movimientos horizontales del tablero producidos por la temperatura y la reología, son un antecedente que facilita la adaptación tecnológica de los dispositivos de aislamiento de base y disipación de energía pasiva. Además de la necesidad de mantener en operación los puentes estratégicos después de la ocurrencia de un sismo destructivo, las características estructurales de estos sistemas y su alta vulnerabilidad sísmica, los hacen candidatos idóneos para el uso de dispositivos de control para su protección frente a sismo.
Published on 05/04/19
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