En medio de la crisis climática y la demanda de soluciones sostenibles, la energía nuclear ha resurgido como una opción clave para reducir emisiones de carbono sin comprometer la generación energética. No obstante, enfrenta desafíos como la percepción pública, los riesgos de accidentes y la gestión de residuos radiactivos. A pesar de no emitir dióxido de carbono durante su operación, su papel en la transición hacia una economía de bajas emisiones depende de superar tanto barreras técnicas como prejuicios sociales.
Este estudio explora cómo la energía nuclear puede contribuir de forma efectiva y sostenible en la lucha contra el cambio climático. Y a la vez, investiga la viabilidad de la energía nuclear dentro del ámbito de las inversiones sostenibles, detallando un universo de inversión en tecnologías nucleares e instrumentos financieros que apoyen la transición hacia un futuro energético descarbonizado.
Palabras clave: Inversiones sostenibles, Energía nuclear, Descarbonización, Taxonomía de la UE, Universo de Inversión.
Contenido
1. Introducción
2. Los orígenes, desafíos y fases de la energía nuclear
3. Mitos antinucleares
4. Perspectivas en el futuro de la energía nuclear
5. Las inversiones sostenibles y la contribución de energía nuclear en la transición energética
6. Formas de invertir en tecnología nuclear en el mercado de capitales
7. Universo de inversión en relación con la energía nuclear
8. Conclusiones
Anexo
“Quiero morir a los 80 de un orgasmo y no a los 60 de cáncer”. Cuando Villar de Cañas se ofreció para albergar el Almacén Temporal Centralizado (ATC), hubo numerosas manifestaciones de grupos ecologistas en contra. En una de ellas, una mujer de mediana edad sostenía una pancarta con esa frase, insinuando que el ATC provocaría cáncer (algo injustificado). Lo irónico es que sostenía un cigarrillo en la otra mano, cuando fumar es la principal causa de cáncer de pulmón. La percepción subjetiva del riesgo no siempre refleja el riesgo real.
La energía nuclear ha sido objeto de una percepción negativa, marcada por factores históricos y problemas de comunicación. Su desarrollo inicial estuvo vinculado al ámbito militar, en especial al Proyecto Manhattan, que culminó con la creación de bombas atómicas usadas en Hiroshima y Nagasaki en 1945, asociando la energía nuclear con la destrucción.
Este origen bélico generó desconfianza hacia su uso, incluso para fines pacíficos, como la generación de electricidad. La percepción negativa aumentó con los accidentes de Chernóbil (1986) y Fukushima (2011). Chernóbil liberó una gran cantidad de radiación, y Fukushima, provocado por un tsunami, revivió esos temores tras daños severos en varios reactores, lo que desencadenó explosiones y la fusión parcial de núcleos.
Además, ha habido fallos en la comunicación entre la industria nuclear y el público. Las empresas no lograron explicar de manera clara los beneficios, como la generación continua de electricidad con bajas emisiones de carbono, frente a los combustibles fósiles. Las campañas de comunicación se centraron en minimizar los riesgos, lo que incrementó la desconfianza.
Por tanto, la energía nuclear sigue siendo vista con escepticismo debido a su origen militar, los accidentes y la deficiente estrategia de comunicación, lo que ha limitado su aceptación.
Este estudio no trata aspectos técnicos de la tecnología nuclear, sino su viabilidad como una opción de inversión sostenible.
En 1895, el físico alemán Wilhelm Röntgen, mientras experimentaba con tubos de rayos catódicos en la Universidad de Wurzburgo, descubrió una "cosa invisible" capaz de atravesar objetos y proyectar imágenes en una placa fotográfica. Así nació la radiografía, cuya primera imagen fue la mano de su esposa, el 22 de diciembre. Sin comprender del todo su hallazgo, lo llamó "rayos X". Este descubrimiento revolucionó la medicina y fue rápidamente adoptado en hospitales. Röntgen recibió el primer Premio Nobel de Física en 1901, pero no patentó su invento y falleció en la pobreza.
A partir de este descubrimiento, otros físicos, como Henri Becquerel, quien descubrió la radiactividad en 1896, y los esposos Curie, que aislaron los elementos radiactivos polonio y radio, profundizaron en estos fenómenos. Junto con Becquerel, compartieron el Premio Nobel en 1903. Otros científicos, como J.J. Thomson, descubrieron el electrón en 1897, y Ernest Rutherford, su discípulo, propuso el modelo nuclear del átomo. James Chadwick, colaborador de Rutherford, descubrió el neutrón en 1932.
En 1938, Otto Hahn, Lise Meitner y Otto Frisch propusieron la fisión nuclear del uranio, un proceso que liberaba grandes cantidades de energía. Aunque Meitner no recibió el Nobel debido a discriminación, fue clave en el entendimiento de este fenómeno, porque no sólo postuló y demostró teóricamente el proceso de la fisión nuclear, sino que tras la fisión del uranio se liberaban varios neutrones que, a su vez, podrían provocar la fisión de nuevos núcleos de uranio. Es decir, postuló la reacción en cadena que conduciría al desarrollo de los reactores nucleares.
Es cierto que la energía nuclear genera diversos debates sobre su viabilidad. Los principales desafíos a los que se enfrenta la energía nuclear son:
Como veremos un poco más adelante, existen mitos antinucleares que científicamente han demostrado ser infundados.
La energía nuclear sigue siendo una de las formas más seguras de generación de energía, además de ser una de las que produce menos emisiones.
El Foro de la Industria Nuclear Española considera injustificados los temores de que ciertos objetos emitan radiaciones capaces de provocar problemas de salud, ya que las dosis están muy por debajo del nivel de riesgo.
La radiación se mide en sieverts1 siendo los niveles de radiación expresados en milisieverts (mSv). En general, se recomienda no recibir más de 50 mSv en un año.
Para comprender mejor las dimensiones de los niveles de radiación de una central nuclear, el Foro de la Industria Nuclear Española ha realizado las siguientes comparaciones:
Ilustración 1: Fuente: Foro de la Industria Nuclear Española
Observamos que ninguna de las actividades ilustradas en el gráfico alcanza el máximo de dosis anual recomendado de 50 mSv. Además, se puede ver que la exposición a la radiación de una persona en una central nuclear durante un año es menor que la que se experimenta en un vuelo transatlántico.
Finalmente, el tercer desafío, sobre la generación de residuos la tratamos a continuación.
Todo en la naturaleza, sin excepción, es radiactivo. La mayoría de los objetos que nos rodean contienen isótopos radiactivos que emiten distintos tipos y niveles de radiación. La radiación es un fenómeno natural inherente al universo y desempeña un papel fundamental en diversos procesos que permiten la vida en la Tierra.
Un ejemplo cotidiano de radiación natural son los plátanos, que contienen potasio, incluyendo una pequeña cantidad del isótopo radiactivo potasio-40. Aunque este isótopo emite radiación, los niveles son tan bajos que no suponen un riesgo para la salud. Esto demuestra que la radiación está presente en nuestra vida diaria sin causar efectos negativos.
Generación de residuos nucleares
A lo largo del ciclo de creación de energía se producen diversos tipos de residuos, cuya naturaleza y cantidad varían según el proceso empleado. Es fundamental tratar cada uno de estos residuos de manera específica para garantizar la máxima seguridad. Por ello, en esta sección exponemos los diferentes residuos generados y los métodos adecuados para su tratamiento, con el fin de minimizar los riesgos asociados.
Durante el proceso de creación de energía principalmente se generan tres tipos de residuos:
Tabla 1: Elaboración propia. Fuente: World Nuclear Association
Debido a la elevada radiactividad de los residuos de alta intensidad, es esencial enfocar los esfuerzos en garantizar su correcta gestión y prevenir cualquier posible contingencia que pueda afectar a la biosfera o a la sociedad. A continuación, se ofrece una breve explicación sobre el método más seguro para tratar estos residuos.
El objetivo principal de la gestión de residuos radiactivos es proteger a las personas y al medioambiente de los efectos nocivos de la radiación. Es esencial contener y aislar estos materiales en todas las etapas de su gestión para evitar su liberación en la biosfera. Durante el ciclo operativo de la energía nuclear, incluidos el desmantelamiento y el almacenamiento intermedio, se supervisan los residuos para evitar fugas y contaminación.
Los residuos radiactivos de alta intensidad, como el combustible nuclear usado, requieren medidas especiales debido a su radiotoxicidad, pudiendo tardar hasta cien mil años en alcanzar niveles seguros. Debido al tiempo prolongado, se opta por el almacenamiento en depósitos geológicos profundos, en formaciones estables y seguras, sin necesidad de intervención humana. Estas barreras naturales y artificiales aseguran la contención a largo plazo. La Directiva 2011/70/Euratom respalda esta solución como la más segura y efectiva.
En España, los residuos radiactivos se dividen en dos categorías: baja y media actividad (RBMA) y alta actividad (RAA). Los RBMA, la mayor parte del volumen, se almacenan en El Cabril (Córdoba) en contenedores de hormigón cubiertos con tierra y vigilados durante siglos. Los RAA, provenientes del combustible nuclear irradiado, se almacenan temporalmente en piscinas de las centrales o en contenedores secos (ATI).
La construcción de un Almacén Temporal Centralizado (ATC) para los RAA en Villar de Cañas se ha paralizado desde 2004 debido a conflictos políticos y la oposición de grupos ecologistas, generando costos elevados para España, que paga a Francia 76.618 euros2 diarios desde 2017 por almacenar residuos.
Mientras tanto, países como Finlandia, Suecia y Francia avanzan en la gestión de residuos radiactivos con depósitos geológicos y de vida más corta, demostrando avances seguros y sostenibles en la gestión de estos materiales.
Para facilitar una comprensión más clara y una identificación precisa de las contingencias asociadas a la energía nuclear, llevamos a cabo un análisis detallado de cada una de las fases del proceso de generación de energía nuclear, desde la construcción de la planta nuclear hasta su desmantelamiento.
La construcción de una planta nuclear es un proyecto de gran envergadura que requiere preparación del sitio, movimiento de materiales (arcilla, arena, piedra, acero, etc.), edificación e instalación de equipos mecánicos y eléctricos. Desde el inicio hasta la operación comercial, suele llevar al menos cinco años.
Contrario a una difundido por el gobierno de España que afirmaba que una planta tardaba veinte años en entrar en funcionamiento, Francia y Japón construyeron cincuenta reactores en veinte años, a una media de cuatro años cada uno. Además, se están desarrollando pequeños reactores modulares (SMRs) que se fabricarían y transportarían, reduciendo tiempos de construcción.
La energía nuclear se presenta como una solución provisional para satisfacer la creciente demanda energética y reducir emisiones de carbono, en línea con el Acuerdo de París. Sin embargo, construir centrales nucleares sigue siendo un proceso lento y costoso. El capital destinado a estos proyectos podría emplearse más eficientemente en el desarrollo de energías renovables, una alternativa más limpia y sostenible a largo plazo.
Actualmente, el mercado mundial utiliza dos tipos principales de ciclos de generación de energía nuclear: el ciclo abierto y el ciclo cerrado. Ambos presentan diferencias significativas en términos de coste, complejidad y gestión de residuos.
Ciclo abierto: El ciclo abierto se caracteriza por su simplicidad y menor coste en comparación con el ciclo cerrado. Sin embargo, esta simplicidad viene acompañada de una mayor generación de residuos. En este ciclo, el combustible nuclear usado se almacena una vez ha sido utilizado, finalizando así el proceso sin intentar recuperar materiales valiosos.
Fuente: Elaboración propia
Ciclo cerrado: Por otro lado, el ciclo cerrado, aunque más costoso y complejo, ofrece una mayor eficiencia a lo largo del proceso de generación de energía. Este ciclo se destaca por un menor uso de recursos y una reducción significativa en la creación de residuos nucleares por unidad de energía generada.
Fuente: Elaboración propia
El reprocesamiento de residuos nucleares mejora la eficiencia energética al reutilizar el combustible usado, en lugar de almacenarlo de manera definitiva. Según la Asociación Mundial Nuclear (WNA), el 96% del combustible usado es uranio, un 3% son productos de fisión y un 0,9% es plutonio. Este proceso permite recuperar uranio y plutonio, que se emplean para fabricar nuevo combustible, como el MOX. Además, reduce los residuos radiactivos en un 85% y genera un 20-30% más de energía. Actualmente, el MOX puede reprocesarse una vez, pero un ciclo cerrado permitiría su reutilización múltiple.
El ciclo de combustible nuclear, tanto en su versión abierta como cerrada, emite significativamente menos de 100g CO2eq/KWh de gases de efecto invernadero, cumpliendo con los criterios de la Taxonomía de la UE3 y siendo comparable a otras energías renovables como la solar e hidráulica.
El desmantelamiento de una instalación nuclear implica la eliminación de controles regulatorios para su reutilización, abarcando planificación, descontaminación y gestión de materiales. Este proceso se contempla desde el inicio de la instalación, garantizando viabilidad técnica, financiera, protección radiológica y cumplimiento regulatorio. Es un proceso complejo, centrado en la seguridad de trabajadores y habitantes cercanos, gestionando riesgos radiológicos, industriales y ambientales. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) proporciona normas y guías, mientras que en la Unión Europea, las Directivas Euratom exigen garantizar la seguridad nuclear y crear fondos para financiar el desmantelamiento, un proceso costoso y largo (15-20 años), ya implementado en 14 países, incluidos Finlandia, Suecia, Francia, Alemania y España.
(1) Es la unidad de equivalencia de dosis de radiación ionizante del Sistema Internacional de Unidades (SI), igual al julio por kilogramo (símbolo: Sv). Es una medida del efecto sobre la salud de bajos niveles de radiación ionizante en el cuerpo humano.
(2) El independiente: [<https://www.elindependiente.com/economia/2019/07/22/espana-pagara-a-francia-75-000-e-al-dia-durante-cuatro-anos-mas-por-guardar-residuos-nucleares/> <https://www.elindependiente.com/economia/2019/07/22/espana-pagara-a-francia-75-000-e-al-dia-durante-cuatro-anos-mas-por-guardar-residuos-nucleares/>]
(3) Es un sistema de clasificación que establece una lista de actividades económicas sostenibles desde el punto de vista medioambiental, incluida la adaptación al cambio climático.
Simon Nellist, un hombre de 35 años, fue atacado por un tiburón blanco mientras entrenaba para una competición en Australia. Este trágico suceso ilustra cómo el miedo a morir por un tiburón, aunque improbable, sigue presente en nuestra percepción. La probabilidad de morir por un tiburón es tan baja como la de morir corriendo, pero las personas se enfocan más en lo que les aterra que en las probabilidades reales. El miedo no se corresponde con las estadísticas; la naturaleza es probabilística, pero buscamos certezas en un mundo incierto.
La gente teme lo que aparece en los medios, como ataques de tiburones, pero ignora riesgos más comunes como el cáncer o las enfermedades cardiovasculares, asociadas a malos hábitos. La percepción del riesgo está distorsionada.
Un experimento muestra que si se pregunta a 100 personas si creen ser más inteligentes o tener menos prejuicios que la media, más del 70% responderá afirmativamente, aunque sólo el 50% debería hacerlo. Este sesgo afecta también la percepción del riesgo: creemos tener control sobre situaciones cuando no es así, lo que reduce nuestra percepción de peligro.
El riesgo percibido depende de factores como el control, la voluntariedad o los hábitos. Fumar o conducir sin cinturón parecen menos riesgosos para quienes lo hacen frecuentemente. Los medios también amplifican ciertos riesgos, como los accidentes nucleares, creando una visión sesgada.
La energía nuclear cumple con criterios de seguridad. Aunque provoca temor por su asociación con lo desconocido y la destrucción, los datos muestran que es objetivamente segura. En Estados Unidos, las plantas nucleares no han causado muertes directas, mientras que mil personas mueren al año al caer por las escaleras. Como con los accidentes aéreos, que generan temor a pesar de que millones de personas vuelan sin incidentes, la energía nuclear tiene un historial seguro, con cientos de reactores operando sin problemas acumulando 18.500 años de operación.
A lo largo de la historia, ha habido algunos accidentes graves, como Three Mile Island (1979), Chernóbil (1986) y Fukushima (2011), pero los daños mortales directos son mínimos comparados con otras fuentes de energía. Estudios como los de Markandya y Wilkinson (2007) en The Lancet4 confirman que la energía nuclear tiene un impacto mucho menor en la salud pública que el carbón o el gas. Según sus análisis, por cada 100 TWh de electricidad generada, la energía nuclear causa sólo 3 muertes prematuras, comparadas con 4 de la energía eólica, 282 del gas, 463 de la biomasa y 3.272 del carbón lignito.
Gráfico 1: Fuente: Elaboración propia con datos de Markendya y Wilkins y de Sovacoo. (Los fallecidos a causa de la energía nuclear incluyen los accidentes de Chernóbil y Fukushima).
Incluso con estas cifras, la percepción negativa sobre la energía nuclear sigue presente. En países como España, el gobierno planea cerrar sus plantas nucleares mientras deja abiertas las centrales de carbón y gas, que emiten mucho más CO2 y son responsables de muchas más muertes. A pesar de que los datos indican lo contrario, la energía nuclear sigue siendo percibida como peligrosa. Sin embargo, la realidad es que la energía nuclear es una de las tecnologías más seguras para producir electricidad.
Este es, sin duda, uno de los mitos más extendidos y que más se utilizan para oponerse a la energía nuclear. Utilizar el sufrimiento de las personas con cáncer para avanzar en la batalla ideológica es una estrategia que carece de escrúpulos y genera confusión con fines ventajistas.
Las centrales nucleares no aumentan el riesgo de cáncer en las personas que viven cerca de ellas. Esto ha sido demostrado por estudios internacionales y, en particular, por el caso de España. En 2005, el Congreso de los Diputados instó al gobierno a realizar un estudio epidemiológico sobre el impacto de las instalaciones nucleares en la salud. Este estudio fue llevado a cabo por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y el Instituto de Salud Carlos III, involucrando a autoridades y expertos en salud y radiobiología. El área del estudio abarcó todos los municipios en un radio de 30 km alrededor de las instalaciones nucleares, comparándolos con localidades sin exposición nuclear. Se estudiaron más de mil municipios, de los cuales quinientos estaban cerca de plantas nucleares.
Las conclusiones del estudio fueron claras:
"No se observan resultados consistentes que muestren un patrón de incremento de la mortalidad por cáncer asociado con la dosis" 5
En ningún caso se observó un aumento significativo de mortalidad en las áreas estudiadas.
Incluso asociaciones como Ecologistas en Acción, que previamente denunciaban los riesgos de la energía nuclear, reconocieron los resultados: "Los resultados del estudio muestran que no hay incidencias significativas entre las emisiones radiactivas normales y la mortalidad por cáncer"6 Sin embargo, estas organizaciones, antes alarmistas, cambiaron su discurso para centrar sus críticas en otros aspectos.
Cabe recordar episodios como el de 2002, cuando Ecologistas en Acción alegó haber encontrado un "pez mutante" cerca de la central de Garoña, afirmación que resultó ser un montaje para generar alarma7. Fake news, como decimos ahora.
Igualmente, el activista Carlos Bravo, de Greenpeace, intentó demostrar con un contador de radiación, en un programa de televisión, que la central de Almaraz emitía radiación por encima de los niveles legales. Sin embargo, lo que midieron fue la radiación natural del ambiente, un error intencionado para alarmar a la población.
Numerosos estudios similares al realizado en España se han llevado a cabo en el mundo desde los años cincuenta, con resultados que coinciden: las centrales nucleares, cuando operan de forma normal, no incrementan el riesgo de cáncer. La ciencia es clara, aunque ciertos grupos sigan usando la demagogia para mantener el miedo a la energía nuclear.
El mito de que las centrales nucleares se utilizan para fabricar bombas es común debido al origen militar de la energía nuclear. Desde Hiroshima y Nagasaki en 1945, la energía nuclear ha sido vista bajo esta sombra, aunque los reactores comerciales no están diseñados para producir armas atómicas. Estos reactores están sujetos a inspecciones internacionales y a salvaguardias del OIEA, que garantizan que ningún material nuclear se desvíe con fines militares. Además, fabricar una bomba atómica requiere uranio-235 enriquecido a más del 90%, mientras que el combustible utilizado en los reactores comerciales está enriquecido a menos del 5%, lo que hace inviable su uso en armas nucleares. El enriquecimiento necesario es técnicamente complejo y fácilmente detectable por las inspecciones internacionales, como ocurrió en el caso de Irán.
Aunque el plutonio producido en reactores comerciales podría usarse para bombas, el tipo generado en estas instalaciones es inadecuado para fines militares debido a la mezcla de isótopos. El plutonio de grado militar es muy distinto al producido en reactores civiles, como se muestra en el Gráfico 2.
Gráfico 2: Elaboración propia. Fuente: De las investigaciones de Álvarez-Velarde.Markendya y Wilkins
En definitiva, aunque los reactores nucleares producen plutonio, el tipo generado en los reactores civiles es inadecuado para fabricar armas nucleares, ya que su composición lo hace difícil de manejar y no apto para bombas. Las tecnologías comerciales están diseñadas para producir electricidad, no armas, y cuentan con salvaguardias internacionales que aseguran su uso pacífico.
Lejos de fomentar la proliferación de armas nucleares, los reactores comerciales han reducido este riesgo. Durante la Guerra Fría, el programa “Megatones por Megavatios” permitió que toneladas de uranio de grado militar se usaran para generar electricidad en lugar de armas. Este acuerdo redujo significativamente el riesgo de proliferación, utilizando uranio de armas desmanteladas para fines pacíficos. Por lo tanto, las centrales nucleares comerciales han jugado un papel importante en la desmilitarización y la reducción del peligro nuclear.
(4) [<https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736 <https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736](07)61253-7/abstract>
(5) Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), <Epidemiological Study> [<https://www.csn.es/en/estudio-epidemiologico> <https://www.csn.es/en/estudio-epidemiologico>]
(6) Ecologistas en Acción <Estudio epidemiológico en los municipios próximos a instalaciones nucleares> [<https://www.ecologistasenaccion.org/17702/estudio-epidemiologico-en-los-municipios-proximos-a-instalaciones-nucleares/> <https://www.ecologistasenaccion.org/17702/estudio-epidemiologico-en-los-municipios-proximos-a-instalaciones-nucleares/>]
(7) <Ecologistas mentirosos> elmundo.es, [<https://www.elmundo.es/elmundo/2002/09/27/ciencia/1033144110.htmll> <https://www.elmundo.es/elmundo/2002/09/27/ciencia/1033144110.htmll>]
Las energías limpias, como la nuclear y las renovables, jugarán un papel esencial en la transición hacia fuentes bajas en emisiones. Aunque no se puede eliminar de inmediato el uso de combustibles fósiles, la AIE y el IPCC subrayan la necesidad de aumentar la capacidad nuclear para alcanzar los objetivos de descarbonización. Es fundamental extender la vida útil de los reactores actuales, algunos de los cuales, como en Estados Unidos, ya tienen licencias para operar hasta 80 años. Además, será necesario construir nuevas plantas, y los reactores modulares pequeños (SMR) representan una solución flexible y económica para expandir la energía nuclear en el corto y mediano plazo.
En términos de costos, los proyectos de construcción nuclear en China e India han reducido drásticamente los costes, superando las dificultades enfrentadas por Occidente. Es crucial aprender de ello para evitar los retrasos y sobrecostes que han caracterizado los proyectos en Europa y EE. UU., como Olkiluoto 3 en Finlandia o Vogtle en EE. UU.
A pesar de estos retos, Europa tiene la capacidad de reactivar su industria nuclear. Ya lo hizo en el pasado, construyendo reactores en plazos cortos y a costos competitivos. Si se recupera esa dinámica, Europa podrá desarrollar nuevamente su infraestructura nuclear, garantizando una fuente estable de energía para la transición hacia un futuro más limpio y seguro. La energía nuclear es la única que ha demostrado que puede desplazar masivamente a los combustibles fósiles en un corto período, siempre que se den las condiciones políticas y regulatorias adecuadas.
El reciclaje de residuos nucleares se refiere a aprovechar el 99% de la energía no utilizada en el combustible nuclear, que actualmente se desecha como "residuo". Con reactores rápidos, es posible extraer más energía del uranio y plutonio, generando incluso más combustible del que consumen. Países como Estados Unidos, Francia y Rusia han operado estos reactores, aunque no a gran escala debido a limitaciones técnicas y económicas.
Además, el torio, un elemento más abundante que el uranio, podría utilizarse como combustible nuclear, reduciendo el riesgo de accidentes y facilitando la gestión de residuos. Los reactores rápidos y de torio también permiten reciclar residuos nucleares, acortando su tiempo de radiactividad de miles a cientos de años.
En paralelo, los avances en la fusión nuclear8 ofrecen una solución complementaria. Investigadores han desarrollado sistemas que combinan fisión y fusión, usando la energía liberada por la fusión para eliminar residuos nucleares y generar energía. Esta tecnología de fusión-fisión no solo ayudaría a gestionar los desechos de forma más eficiente, sino que podría hacer la energía nuclear aún más limpia y sostenible a largo plazo.
En resumen, estos avances tecnológicos en fisión y fusión abren nuevas oportunidades para el reciclaje de residuos nucleares y la generación de energía, con el potencial de abastecer a la humanidad durante miles de años.
Los Reactores Modulares Pequeños (SMR) son una solución emergente para la energía nuclear, ofreciendo ventajas sobre las grandes centrales tradicionales, que enfrentan altos costos y largos plazos de construcción en Occidente. Los SMR requieren menos inversión inicial, pueden instalarse de forma modular y adaptarse a diferentes ubicaciones, como antiguas plantas de carbón o áreas remotas. También pueden utilizarse para la desalinización de agua, producción de hidrógeno y generación de calor industrial.
Empresas privadas, como Rolls-Royce y Fermi Energía, están desarrollando estos reactores, y la OIEA ha identificado más de 80 diseños avanzados9. Con capacidades entre 1,5 MW y 10 MW, los SMR pueden construirse en dos años y no necesitan grandes edificios de contención. Algunos incluso utilizan residuos nucleares como combustible. Ingenierías españolas ya participan en proyectos de SMR, anticipando un cambio en la industria nuclear.
(8) La fusión nuclear es el proceso mediante el cual dos núcleos atómicos ligeros se combinan para formar un núcleo más pesado, liberando una gran cantidad de energía en el proceso. Este es el mismo fenómeno que ocurre en el sol y otras estrellas, donde los átomos de hidrógeno se fusionan para formar helio. A diferencia de la fisión nuclear, la fusión no genera residuos radiactivos de larga vida, lo que la convierte en una fuente potencial de energía limpia y prácticamente inagotable.
(9) <https://www.iaea.org/es/temas/reactores-modulares-pequenos>.
En los últimos años, organismos especializados han elaborado informes para cumplir con los compromisos del Acuerdo de París, un tratado internacional sobre cambio climático adoptado en 2015. Su meta principal es limitar el calentamiento global por debajo de los 2°C, con un objetivo ideal de 1,5°C respecto a los niveles preindustriales. Para ello, los países buscan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y alcanzar un balance de carbono neutro para 2050.
Actualmente, no se están cumpliendo los escenarios marcados para llegar al Net Zero en 205010 No utilizar la energía nuclear provocaría desviarse aún más de los objetivos marcados según la IEA en su informe anual [file:///C:\Users\Marta%20Carrasquer\Downloads\NetZeroRoadmap_AGlobalPathwaytoKeepthe1.5CGoalinReach-2023Update%20(2).pdf Net Zero Roadmap]11. Por lo tanto, es imperativo que las políticas energéticas y las decisiones de inversión consideren la energía nuclear como un componente esencial de una estrategia eficaz para alcanzar un futuro sostenible y libre de carbono.
Gráfico 3: Fuente: Agencia Internacional de Energía
En el gráfico 3, se puede observar claramente como la trayectoria establecida para alcanzar el objetivo de Net Zero en 2050 (línea discontinua inferior) no está alineada con la trayectoria actual (línea superior). Diferentes organizaciones como la Agencia Internacional de Energía, concluyen que los objetivos fijados en el Acuerdo de París son demasiado ambiciosos y poco realistas, especialmente debido al reciente aumento del consumo energético impulsado por la irrupción de la inteligencia artificial. En este nuevo contexto, la potenciación de la energía nuclear se presenta como una estrategia fundamental para satisfacer la demanda energética y alinear la trayectoria de emisiones con los objetivos establecidos en el Acuerdo de París.
A continuación, se presenta la postura de las organizaciones medioambientales más influyentes en relación con el uso de la energía nuclear:
Un dato interesante a tener en cuenta…
I lustración 3: Fuente: Foro de la Industria Nuclear española.
Si bien es prematuro declarar un "vencedor" definitivo en la carrera nuclear, pero China está claramente posicionada para desempeñar un papel de liderazgo en las próximas décadas. Su estrategia proactiva de inversión, innovación y expansión tanto a nivel nacional como internacional sugiere que podría consolidarse como el mayor impulsor de la energía nuclear en el mundo. A medida que las preocupaciones sobre el cambio climático y la reducción de emisiones de carbono siguen creciendo, el papel de la energía nuclear será cada vez más importante, y China podría ser el principal actor en este escenario global.
Mientras 30 líderes mundiales y delegaciones se reúnen en Bruselas para promover la energía nuclear, el papel de ésta sigue dividiendo a Europa, veamos brevemente su posicionamiento.
Principales países a favor de la energía nuclear: Francia, Bélgica, Polonia, Chequia, Finlandia, Suecia, Hungría, Italia (debate), Bulgaria, Países Bajos, Croacia, Japón, Estados Unidos, Reino Unido.
Principales países en contra de la energía nuclear: Alemania, Lituania, Portugal, Dinamarca, Austria.
España tiene 7 reactores nucleares en funcionamiento, que generan alrededor del 20% de su electricidad. El gobierno ha decidido no construir nuevas centrales y cerrar las actuales gradualmente hacia 2035, como parte de su transición a energías renovables. Aunque hay debate sobre mantener la energía nuclear, el plan actual es abandonarla a largo plazo.
Además de analizar el proceso de generación de energía en la planta nuclear, hemos evaluado los requisitos que deben cumplir las plantas nucleares para ser consideradas sostenibles según la Taxonomía de la UE.
La Taxonomía de la UE es un sistema oficial que clasifica actividades económicas sostenibles, refiriéndose a cualquier proceso o conjunto de acciones mediante las cuales se producen, distribuyen o intercambian bienes y servicios con el objetivo de satisfacer necesidades humanas. Con esta clasificación, se ayuda a los inversores a identificar opciones responsables y evitando el greenwashing mediante criterios científicos. Para que una actividad sea considerada ambientalmente sostenible, debe contribuir significativamente a uno de los seis objetivos ambientales12 sin perjudicar a los demás. La alineación con este sistema se está volviendo clave para atraer inversiones verdes.
Ser "elegible" no garantiza que una actividad cumpla con los criterios de sostenibilidad, pero es un paso necesario para la alineación con la normativa.
Desde el 1 de enero de 2022, las empresas sujetas a la Directiva de Información No Financiera (NFRD) deben informar sobre qué porcentaje de sus ingresos, CapEx y OpEx provienen de actividades elegibles. Las empresas bajo la nueva Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) deberán hacer lo mismo a más tardar en 2025.
Los ingresos generados por una planta de energía nuclear solo son elegibles para alinearse con la Taxonomía de la UE si la planta está ubicada en un Estado miembro de la UE.
Para que los ingresos elegibles contribuyan positivamente al objetivo de mitigación del cambio climático de la UE y se acerquen a la alineación con la Taxonomía de la UE, deben cumplirse varios criterios técnicos de evaluación:
Para medir el porcentaje total de elegibilidad de la compañía, una vez identificadas las actividades elegibles, es necesario determinar la proporción de los ingresos, CapEx y OpEx que están asociados a dichas actividades.
Una actividad económica se considera alineada con la Taxonomía de la UE cuando cumple tres condiciones: contribuye de manera sustancial (CS) a uno de los seis objetivos ambientales, no causa daño significativo a los otros cinco objetivos (DNSH), y respeta las salvaguardas sociales mínimas (SM). La Taxonomía incluye Criterios Técnicos de Evaluación para verificar que una actividad cumple con estos requisitos, y si los cumple, puede considerarse alineada.
Ilustración 4 : Fuente: Elaboración propia.
Gráfico 5 : Fuente: Elaboración propia.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son una serie de 17 metas globales adoptadas por las Naciones Unidas en 2015 como parte de la Agenda 2030. Su propósito es abordar desafíos mundiales como la pobreza, el cambio climático, la desigualdad y la degradación ambiental, buscando promover un desarrollo equilibrado y sostenible para mejorar la calidad de vida de las personas y preservar el planeta. Estos objetivos representan un compromiso conjunto entre gobiernos, empresas y la sociedad para construir un futuro más justo, inclusivo y sostenible para todos.
En este punto, no analizaremos las implicaciones de todos ellos, sino en los que la energía nuclear aporta una contribución más significativa.
La pobreza está relacionada con instituciones deficientes que no protegen los derechos de los ciudadanos ni garantizan las inversiones en capital, lo que frena el progreso. Además, la falta de acceso a energía asequible contribuye a mantener la pobreza. Hoy en día, 650 millones de personas viven con menos de 2,15 $ al día13. La energía nuclear puede contribuir a combatir la pobreza al proporcionar electricidad competitiva y fiable que, además, mitigue el impacto ambiental. Esto no solo reduciría los precios, sino también la dependencia de combustibles fósiles, como ocurre en Alemania, donde queman grandes cantidades de carbón. Reducir estos costos es especialmente beneficioso para los países más pobres.
La tecnología nuclear contribuye significativamente a la salud, con usos en diagnósticos médicos como el PET (tomografía por emisión de positrones) y en la detección de enfermedades como el cáncer. Además, ayuda a reducir enfermedades transmitidas por alimentos. Cada año, miles de personas en todo el mundo se benefician de la tecnología nuclear en el ámbito de la salud, incluidas pruebas médicas avanzadas que mejoran la calidad de vida.
ODS 6 – Agua limpia y saneamiento
En los países pobres, las condiciones insalubres causan el 6% de las muertes, y más de un millón de personas mueren anualmente debido a la falta de agua potable. La energía nuclear podría desempeñar un papel clave en la desalinización de agua de mar, un proceso que consume mucha energía. Utilizando energía nuclear, podríamos desalinizar grandes cantidades de agua sin emitir gases de efecto invernadero, como ya se ha hecho en países como Kazajistán, India, Rusia, Japón y Pakistán.
ODS 7 – Energía asequible y no contaminante
La demanda de energía seguirá aumentando en las próximas décadas, y la energía nuclear es una fuente clave para satisfacer esta necesidad de manera limpia y competitiva. Francia, por ejemplo, ha demostrado que puede reemplazar los combustibles fósiles mediante su programa nuclear, reduciendo significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Invertir en energía nuclear es clave para alcanzar este objetivo.
ODS 8 – Trabajo decente y crecimiento económico
La energía nuclear genera empleos estables y de alta calidad. Operar una central nuclear requiere aproximadamente 500 empleados, más miles adicionales en la cadena de suministro. Además, la construcción de nuevas plantas nucleares genera empleo local, con una remuneración más alta que en otros sectores. Se estima que por cada empleo fijo, se crean entre 2,5 y 3,5 empleos indirectos. En Europa, la energía nuclear genera más de 395.000 empleos directos y 1,2 millones14 de empleos indirectos.
La energía nuclear es crucial para mitigar el cambio climático, evitando cada año 2.000 millones de toneladas de CO215. Sin ella, las emisiones globales aumentarían un 50%, lo que haría imposible cumplir los objetivos climáticos establecidos a nivel mundial.
(10) Es un compromiso global para alcanzar un equilibrio entre las emisiones de gases de efecto invernadero y su absorción en ese año. Esto implica reducir drásticamente las emisiones, principalmente a través de energías limpias y eficiencia energética, mientras se compensan las emisiones restantes mediante soluciones naturales o tecnológicas. El objetivo es mitigar el cambio climático y limitar el calentamiento global.
(11) https://www.iea.org/reports/net-zero-by-2050.
(12) 1. mitigación del cambio climático, 2. adaptación al cambio climático, 3. prevención y control de la contaminación, 4. transición a una economía circular, 5. sostenibilidad y protección de los recursos hídricos y marinos y 6. protección y restauración de la biodiversidad y los ecosistemas.
(13) JoeHasell, Max Roser, Esteban Ortiz-Ospina y Pablo Arriaga, <Proverty>, Our World in Data, 2023, [<https://ourworldindata.org/poverty> <https://ourworldindata.org/poverty>]
(14) Nucleareurope, <Facts & Figures>, [<https://www.nucleareurope.eu/facts-figures/> <https://www.nucleareurope.eu/facts-figures/>]
(15) United Nations ECONOMIC Commission for Europe (ENECE) <Life Cycle Assessment of Electricity Generation Options> [<https://unece.org/sed/documents/2021/10/reports/life-cycle-assessment-electricity-generation-options> <https://unece.org/sed/documents/2021/10/reports/life-cycle-assessment-electricity-generation-options>]
La industria nuclear sigue cobrando impulso y es, una vez más, un sector en crecimiento.
Hay tres formas principales de exponerse a la tecnología nuclear: el uranio físico, las acciones a lo largo del ciclo del combustible nuclear y las acciones fuera de él.
El uranio físico representa el caso de inversión más fácil teniendo en cuenta el actual déficit de oferta y el auge de la demanda.
A lo largo del ciclo de combustible nuclear, sólo las acciones de la minería del uranio ofrecen un caso práctico de inversión, ya que las opciones de invertir en la conversión y enriquecimiento de uranio, o en la fabricación de combustible, son muy limitadas.
Por ahora, las oportunidades de inversión son limitadas fuera del ciclo del combustible nuclear. Esperamos que en los próximos años salgan a bolsa más empresas privadas que trabajen en nuevos diseños de construcciones nucleares o apoyen la cadena de suministro nuclear.
En el debate sobre la energía nuclear, los críticos argumentan que el uranio es un recurso limitado, pero los avances tecnológicos y la inversión en exploración han incrementado sus reservas. Técnicas como la lixiviación in situ16, han permitido que yacimientos previamente inexplorados se vuelvan viables, como ha ocurrido en países como Kazajistán. Actualmente, las reservas mundiales de uranio pueden cubrir la demanda durante 90 a 100 años, sin contar con futuros avances que prolongarían su disponibilidad. Además, el torio ofrece una alternativa prometedora, ya que podría extender la capacidad de generación nuclear durante siglos. La energía nuclear, por tanto, sigue siendo una opción viable y sostenible a largo plazo. El mercado del uranio ha crecido recientemente debido a una demanda mayor que la oferta, lo que ha impulsado los precios y puede generar nuevas oportunidades de inversión, especialmente tras su clasificación como energía sostenible en la UE.
Los inversores europeos pueden invertir en uranio a través de ETFs como el Global X Uranium ETF , el Sprott Uranium Miners ETF y el SG ETN Uranium Mining. Un ETF (Exchange Traded Fund, por sus siglas en inglés) es un fondo de inversión que cotiza en bolsa, al igual que una acción. Un ETF agrupa una colección de activos, como acciones, bonos, materias primas o una combinación de ellos, y permite a los inversores comprar participaciones que representan una parte proporcional de este grupo de activos. A diferencia de los fondos de inversión tradicionales, los ETFs se negocian en los mercados financieros a lo largo del día, lo que permite a los inversores comprarlos y venderlos a precios en tiempo real.
En el contexto de la inversión en uranio, existen estos ETFs específicos, que agrupan acciones de empresas relacionadas con la minería, exploración o producción de uranio. Esto permite a los inversores exponerse al mercado del uranio sin necesidad de comprar acciones individuales de cada empresa o adquirir el material directamente.
En 2023, las mineras de uranio han mostrado un rendimiento estelar, superando al sector en general. Este comportamiento se ha reflejado en las siguientes empresas que suelen incluirse en ETFs de uranio:
El enriquecimiento de uranio está dominado por operadores estatales, con Rusia (Rosatom) poseyendo casi la mitad de la capacidad mundial. Otros actores importantes son CNNC (China) y los consorcios Urenco (Países Bajos, Alemania) y Orano (Francia), que completan el resto del mercado. Aunque los enriquecedores occidentales, como Urenco y Orano, no son completamente estatales, Rosatom y CNNC tienen una fuerte presencia.
Para acceder a la conversión y enriquecimiento de uranio, las opciones son limitadas. Cameco, que opera una planta en Canadá, y Westinghouse, son dos de las pocas vías posibles para exposición en este campo. Además, Global Laser Enrichment, una compañía conjunta de Silex Systems y Cameco, planea duplicar su capacidad este 2024, con un enfoque en reducir costos de enriquecimiento.
Desde la adquisición de Westinghouse, Cameco ha consolidado su posición en la fabricación de combustible nuclear. Otros actores como Lightbridge Corporation se enfocan en desarrollar nuevos combustibles para pequeños reactores modulares (SMR), lo que se considera un avance estratégico para la industria.
En cuanto a la construcción de reactores nucleares, las oportunidades de inversión pública son limitadas. Compañías como General Electric, que han participado en la construcción de reactores en el pasado, no han visto un impacto significativo en sus acciones debido a esta faceta de su negocio. Sin embargo, GE tiene planes de fragmentar su división de energía, lo que podría ofrecer exposición directa a los reactores nucleares.
Los servicios públicos: Las compañías que gestionan plantas nucleares y generan electricidad a partir de esta fuente son otra opción de inversión, aunque no siempre cotizan. Un ejemplo es EDF, que podría ser atractiva si llegase a cotizar en bolsa.
A medida que se vayan construyendo reactores o que vuelvan a operar los existentes, se estima que la energía nuclear incremente su la capacidad de producción de en Europa, Asía y Estados Unidos. Teniendo en cuenta que muchas compañías de servicios públicos en Estados Unidos tienen una gran exposición a energía nuclear, con un rango de entre el 10% y el 25%.
A pesar de la limitada disponibilidad de opciones para invertir directamente en el ciclo del combustible nuclear, el interés en el uranio y en la energía nuclear está creciendo. La creación de una cartera diversificada en torno a la energía nuclear puede ofrecer oportunidades interesantes.
Remarcando de nuevo, que tras su clasificación como energía sostenible en taxonomía de la UE puede ser una vía de crecimiento, lo que contribuiría a impulsar el renacimiento nuclear a nivel global.
(16) El proceso de lixiviación in situ (LIS) implica extraer el mineral de la roca a través de la inyección de una solución química en el yacimiento. El fluido obtenido es posteriormente bombeado a la superficie donde los metales son recuperados).
En base a criterios de la Taxonomía de la UE y datos de las compañías que aparecen en el universo de inversión del proveedor MSCI, vamos a crear un universo de inversión invertible en tecnología nuclear para que quede constancia de qué forma se puede des del mercado de capitales, contribuir a la inversión en energía nuclear y a la vez a la transición energética.
Teniendo en cuenta que una actividad económica, sea no elegible para la taxonomía de la UE, no significa necesariamente que no sea sostenible.
Somos conscientes de los riesgos que hay para la generación de energía nuclear; por ello, dentro de nuestro universo de inversión solo serán elegibles aquellas actividades que cumplan con los más altos estándares de seguridad y sostenibilidad.
Basándonos en el análisis previo del proceso de generación de energía y la regulación europea en las centrales nucleares, hemos construido un posible universo de inversión cumpliendo los siguientes requisitos:
A pesar de definir un universo de inversión a través de estos condicionantes, es importante remarcar que no se trata de una recomendación de inversión. Siempre hay que analizar caso a caso con el fin de asegurar que la compañía cumple con los estándares sostenibles más altos. Por esta razón, hemos considerado oportuno añadir un último filtro sobre “Exclusiones adicionales a la energía nuclear” en la que tenemos en cuenta unos requisitos mínimos pero exigentes que hay que cumplir para poder ser una compañía considerada aún más sostenible.
Se excluye del universo a aquellas compañías que:
Universo de Inversión definitivo
El gráfico 7, ilustra la metodología utilizada para la selección del universo de inversión mediante un filtro de exclusión progresiva, aplicado en base a criterios especificados en las condiciones del Universo de Inversión. Como ya hemos mencionado, los datos son del proveedor MSCI ESG Manager.
Universo Inicial: Se parte de un grupo amplio de compañías dentro de la industria nuclear (434). Se ha definido mediante la variable NUC_TIE.
Exclusión 1: armas nucleares: Se eliminan del universo todas las compañías que están involucradas en la producción o desarrollo de armas nucleares. A través de la variable NWEAP_TIE.
Exclusión 2: Intensidad de producción inferior a 100g CO2eq/kWh: para definir esta exclusión se ha realizado el sumatorio de las variables CARBON_EMISSIONS_SCOPE_12_PROD_INTEN_POWER y CARBON_EMISSIONS_SCOPE_3_PROD_INTEN_POWER de MSCI. El resultado de la suma de estas dos variables nos proporciona la cantidad de toneladas de CO2 equivalente por mega watt que genera la actividad de cada compañía.
Exclusión 3: compañías en países sin fondos para el desmantelamiento: La identificación de las compañías que cuentan con un fondo de desmantelamiento se ha llevado a cabo utilizando la variable ISSUER_CNTRY_DOMICILE, la cual señala el país de residencia de cada una de ellas. Este dato resulta particularmente relevante, dado que los fondos de desmantelamiento suelen ser responsabilidad de los gobiernos nacionales. En otras palabras, todas las compañías de un mismo país estarán sujetas a la existencia o no de dicho fondo, sin excepciones. Para determinar qué países disponen de estos fondos o no, MSCI ha proporcionado la documentación pertinente en su informe titulado EU Taxonomy: Testing the Criteria for ‘Sustainable’ Nuclear and Gas (2022).
Exclusión 4: compañías en países que no cuentan con repositorios geológicos: Al igual que en el punto anterior, la construcción de repositorios geológicos está estrechamente vinculada a las políticas implementadas por los gobiernos de cada país. En este contexto, utilizamos la variable ISSUER_CNTRY_DOMICILE para identificar los países que cuentan con repositorios geológicos, basándonos en la documentación proporcionada por el informe de MSCI, EU Taxonomy: Testing the Criteria for ‘Sustainable’ Nuclear and Gas."
Exclusiones adicionales a la energía nuclear: compañías que: 1) fabriquen armas o sistemas letales, o que generen más del 10% de sus ingresos de componentes militares, 2) estén involucradas en la fabricación o distribución de tabaco con ingresos específicos superiores al 30%, y 3) dedicadas a la generación de energía y que dependan más de un 30% del carbón, participen significativamente en la exploración petrolera en el Ártico, o en prácticas de extracción agresiva como las arenas bituminosas. Se ha definido mediante a variables que nos proporciona MSCI ESG Manager.
Tras aplicar todas estas exclusiones, se obtiene el Universo Final, conformado por 221 compañías que cumplen con los criterios seleccionados, lo que reduce el riesgo y alinea la inversión con los principios sostenibles.
En el universo, aparecen 6 compañías alemanas porque, aunque Alemania ha cerrado sus centrales nucleares, estas compañías siguen involucradas en la industria nuclear global a través de proyectos internacionales, suministrando tecnología, servicios de ingeniería, mantenimiento y desmantelamiento de plantas nucleares. También participan en la gestión de residuos nucleares y desmantelamiento en Alemania. Algunas de ellas se han diversificado hacia energías renovables, pero mantienen operaciones nucleares en otros países donde esta energía sigue siendo relevante.
En el anexo del estudio se puede observar el listado de las compañías seleccionadas dentro del universo de inversión juntamente con una pequeña descripción de la compañía en relación con la tecnología nuclear.
En medio de la crisis climática y la demanda de soluciones sostenibles, la energía nuclear ha resurgido como una opción clave para reducir emisiones de carbono sin comprometer la generación energética. Entre los principales beneficios, destaca que disminuye significativamente la huella del sector energético debido a su alta densidad energética. Esto significa que produce grandes cantidades de energía utilizando una superficie mínima y sin emitir gases de efecto invernadero.
A pesar de sus ventajas, la energía nuclear ha sido objeto de una percepción negativa, marcada por una combinación de factores históricos y problemas de comunicación. Su desarrollo inicial estuvo ligado al ámbito militar, en especial con el Proyecto Manhattan, que culminó con la creación de las primeras bombas atómicas, utilizadas en Hiroshima y Nagasaki en 1945. Este origen bélico sembró desconfianza en el uso de la energía nuclear, incluso para fines pacíficos como la generación eléctrica, lo que creó una asociación inmediata entre la energía nuclear y la destrucción.
No obstante, los datos muestran que la energía nuclear es objetivamente segura. En Estados Unidos, las plantas nucleares no han causado ninguna muerte directa, mientras que otras actividades cotidianas conllevan más riesgos. Existen centenares de reactores nucleares en el mundo con más de 18.500 años de operación acumulada sin incidentes graves, lo que demuestra su historial de seguridad.
La energía nuclear enfrenta una serie de retos que limitan su expansión. La falta de estandarización en los reactores incrementa los costos de construcción y operación, mientras que la concentración del suministro de uranio en pocos países genera vulnerabilidades geopolíticas. Además, la percepción pública negativa y los desafíos en la gestión de residuos radiactivos complican el desarrollo de nuevas plantas. A esto se suman largos procesos regulatorios y la competencia de energías renovables, que son más rápidas y económicas de implementar, lo que reduce el atractivo de la energía nuclear en el panorama actual.
En cuanto a la gestión de residuos radiactivos, uno de los mayores desafíos de la industria, se han desarrollado soluciones como el almacenamiento en formaciones geológicas profundas y estables. Este método asegura que los residuos de alta intensidad, como el combustible nuclear usado, estén contenidos de forma segura durante miles de años sin requerir supervisión humana continua.
Además, los Reactores Modulares Pequeños (SMR) están emergiendo como una solución innovadora, ofreciendo ventajas sobre las grandes centrales tradicionales al requerir menos inversión inicial y adaptarse a ubicaciones diversas. Los SMR también pueden utilizarse para la desalinización de agua, la producción de hidrógeno y la generación de calor industrial, ampliando las posibilidades de su integración en la economía verde.
La energía nuclear, junto con las energías renovables, es fundamental para acelerar la transición hacia fuentes de energía bajas en emisiones y cumplir con los objetivos de descarbonización global. Tanto la Agencia Internacional de la Energía (AIE) como el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) subrayan que la expansión de la capacidad nuclear es indispensable para alcanzar las metas del Acuerdo de París y el Net Zero en 2050.
Sin embargo, las metas climáticas establecidas en el Acuerdo de París enfrentan desafíos. El reciente aumento del consumo energético, impulsado por tecnologías como la inteligencia artificial, ha complicado aún más la reducción de emisiones. En este contexto, la energía nuclear se posiciona como una solución clave para satisfacer la creciente demanda energética y alinear las trayectorias de emisiones con los objetivos climáticos.
La industria nuclear está experimentando un renovado crecimiento impulsado por el aumento de la demanda y la búsqueda de soluciones energéticas sostenibles. Las principales formas de inversión en este sector son el uranio físico a través de ETFs, las acciones vinculadas al ciclo del combustible nuclear y aquellas fuera del ciclo. El uranio físico representa la opción más accesible actualmente, debido al déficit de oferta y la creciente demanda. Dentro del ciclo del combustible nuclear, la minería de uranio es la única alternativa de inversión práctica, ya que las oportunidades en la conversión, enriquecimiento y fabricación de combustible son limitadas. Fuera del ciclo, las opciones son aún escasas, aunque se espera que en los próximos años más empresas privadas enfocadas en nuevos diseños de reactores y en la cadena de suministro nuclear se hagan públicas, abriendo nuevas posibilidades de inversión.
El resultado del estudio, es un universo de inversión final compuesto por 221 compañías que cumplen con estrictos criterios de sostenibilidad y seguridad, lo que reduce significativamente el riesgo y alinea la inversión en tecnología nuclear con los principios de la transición energética.
En definitiva, el verdadero desafío no es si apostar por la energía nuclear o no. La energía nuclear es una pieza clave en la estrategia global para combatir el cambio climático y garantizar un futuro energético limpio y sostenible. Las decisiones políticas y de inversión que fomenten su desarrollo, especialmente en combinación con las energías renovables, serán cruciales para lograr un equilibrio energético adecuado y alcanzar los objetivos climáticos internacionales.
https://blog.activotrade.com/inversion-tematica-en-energia-nuclear
https://admiralmarkets.com/es/education/articles/shares/invertir-en-uranio
https://www.ambito.com/energia/por-que-no-se-invierte-mas-dinero-nuclear-n5844752
https://www.azvalor.com/sala-de-prensa/reflexiones-acerca-de-la-energia-nuclear-michael-alsalem/
https://www.foronuclear.org/recursos/infografias/combustible-nuclear/
https://www.foronuclear.org/descubre-la-energia-nuclear/energia-nuclear-en-el-mundo/
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https://www.morningstar.es/es/news/229534/%C2%BFc%C3%B3mo-invertir-en-energ%C3%ADa-nuclear.aspx
https://www.rankia.com/blog/etf/5413161-invertir-uranio-acciones-etfs
https://www.securities.io/es/Las-5-principales-acciones-nucleares-para-invertir/
https://www.xtb.com/es/educacion/invertir-en-acciones-de-uranio
Universo de inversión de las compañías relacionadas con la tecnología nuclear que han pasado el filtro de exclusiones requeridas en el estudio y, por lo tanto, que consideramos más sostenibles y seguras según datos de MSCI ESG Manager:
Published on 24/10/24
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