La sociedad actual ha generado un cliché falso del asociacionismo audiovisual alimentado en parte por las propias asociaciones. No es nada fácil precisar ni el objeto, ni el sujeto del Asociacionismo audiovisual que afronta un producto muy complejo, poliédrico, multiforme; en un ámbito social de enorme envergadura, inabarcable y de dificilísimo análisis; y representando a un consumidor que ni siquiera sabe que lo es. No hay para el consumidor una marca identificable que no sea la marca televisión. El producto es, además, cultural y, por tanto, sometido a las leyes de la libertad de expresión. Sin embargo, frente a otros productos culturales de parecida naturaleza, la televisión es el más poderoso elemento socializador que exige por tanto un tratamiento social, educativo y jurídico completamente diferenciado para la consecución del bien común.
Published on 30/09/05
Accepted on 30/09/05
Submitted on 30/09/05
Volume 13, Issue 2, 2005
DOI: 10.3916/25687
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