En su sentido más amplio y comprensivo, se puede definir la educación como el proceso de «formación integral de la persona», como la construcción de su identidad individual y social. Así, junto a la familia y la escuela, se encuentran a los medios de comunicación como instituciones o agentes de socialización/individuación, es decir, como instancias educativas en los diferentes planos formales, no formales e informales. De entre los medios de comunicación, en la actualidad la televisión destaca por su omnipresencia casi total, tanto en el tiempo (innumerables horas de ocio televisivo) como en el espacio (televisores por todas partes), y, consecuentemente, por su gran «influencia» en los múltiples telespectadores (la práctica totalidad de nuestra sociedad). Por ello, no cabe duda de que la televisión «educa», otra cosa es que se trate de «buena» o «mala educación», la valoración será relativa en función de los productos televisivos concretos (la televisión no es un todo homogéneo), y de los criterios de quienes la juzguen (ni los telespectadores ni los analistas o críticos compartirán todos un mismo punto de vista). Desde sus inicios, diferentes enfoques de investigación han analizado la producción televisiva, los contenidos de su programación y la recepción de los telespectadores. Resulta fundamental para esclarecer la relación entre televisión y educación, y por tanto, entre televisión y telespectadores, repasar las distintas perspectivas de investigación televisiva, con sus variados métodos, presupuestos teóricos y construcciones del objeto de estudio, hasta llegar a los actuales planteamientos de los estudios culturales y su análisis del papel que juega la televisión en la construcción social de las identidades de los telespectadores.
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Published on 30/09/05
Accepted on 30/09/05
Submitted on 30/09/05
Volume 13, Issue 2, 2005
DOI: 10.3916/25710
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