La tecnología digital propició la aparición de un modelo económico nuevo para las revistas científicas: las compras consorciadas. Éstas han supuesto un gran avance ya que han ampliado enormemente el acceso a la información científica por parte de los usuarios de las bibliotecas. Así mismo el paso de las suscripciones individuales en papel a compras conjuntas electrónicas ha supuesto para las bibliotecas unos importantes ahorros en costes de proceso. Pero las compras consorciadas no están exentas de problemas: el coste de las revistas continúa incrementándose por encima del IPC, los acuerdos son inflexibles y los modelos de precios se hacen obsoletos a medida que pasa el tiempo. En este estado de impasse ha aparecido (para quedarse) el acceso abierto, es decir la idea poderosa de que la información será más útil cuanto más fácilmente fluya entre sus usuarios. Pero las revistas cumplen también la función de permitir la construcción del capital reputacional de los científicos. La carrera académica e investigadora se ha basado en las citas: éste ha sido el pecado de Adán del actual sistema de comunicación científica y hasta que no se sepa cómo construir un sistema alternativo vamos a tener una dependencia alta de las revistas.
Published on 02/05/15
Accepted on 02/05/15
Submitted on 02/05/15
Volume 9, 2015
DOI: 10.3145/thinkepi.2015.08
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