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Junto al cerebro y el corazón, el riñón es un órgano fundamental en el sistema cardiovascular, ya que recibe aproximadamente el 20% de la sangre que el corazón expulsa hacia el organismo, en cada latido. Entre sus principales funciones se encuentran:  regular la presión arterial, eliminar los desechos tóxicos a través de la orina y producir la hormona que estimula la formación de los glóbulos rojos <span id='citeF-5'></span>[[#cite-5|[5]]].  
 
Junto al cerebro y el corazón, el riñón es un órgano fundamental en el sistema cardiovascular, ya que recibe aproximadamente el 20% de la sangre que el corazón expulsa hacia el organismo, en cada latido. Entre sus principales funciones se encuentran:  regular la presión arterial, eliminar los desechos tóxicos a través de la orina y producir la hormona que estimula la formación de los glóbulos rojos <span id='citeF-5'></span>[[#cite-5|[5]]].  
  
Cuando no hay un adecuado funcionamiento del riñon, pueden presentarse  enfermedades renales  de diversas formas, desde infecciones y cálculos renales hasta enfermedades crónicas como la nefropatía diabética y la enfermedad renal crónica (ERC). Estos son un problema de salud cada vez más importante a nivel global, afectando no solo la vida de los pacientes, sino también generando una carga significativa para los sistemas de salud debido a su alta prevalencia y costos asociados.  
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Cuando no hay un funcionamiento adecuado del riñón, pueden presentarse  enfermedades renales  de diversas formas, desde infecciones y cálculos renales hasta enfermedades crónicas como la nefropatía diabética y la enfermedad renal crónica (ERC). Estas generan un problema de salud cada vez más importante a nivel global, afectando no solo la vida de los pacientes, sino también generando una carga significativa para los sistemas de salud debido a su alta prevalencia y costos asociados.  
  
Los modelos hemodinámicos renales  proporcionan una comprensión profunda sobre los patrones y comportamientos del flujo sanguíneo renal, lo que  puede permitir detectar anomalías y disfunciones que de otra manera podrían pasar desapercibidas. Así también contribuyen a tener una perspectiva global e integral del problema, lo que coadyuva a  avanzar en el diagnóstico, tratamiento y prevención de las afecciones renales.
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Por otra parte, los modelos hemodinámicos renales  proporcionan una comprensión profunda sobre los patrones y comportamientos del flujo sanguíneo renal, lo que  puede permitir detectar anomalías y disfunciones que de otra manera podrían pasar desapercibidas. Asimismo contribuyen a tener una perspectiva global e integral del problema, lo que coadyuva a  avanzar en el diagnóstico, tratamiento y prevención de las afecciones renales.
  
El torrente sanguíneo arrastra una gran cantidad de sustancias, muchas de la cuales entran al riñón y alguna proporción de estas pasa a formar parte de la orina. Sin embargo, la mayoría de los modelos nefrológicos consideran solo la concentración de una sustancia <span id='citeF-7'></span>[[#cite-7|[7]]]. Estos modelos se han utilizado con fines terapéuticos o tratamiento de enfermedades vía control (cantidad de medicamentos) <span id='citeF-1'></span>[[#cite-1|[1]]],  y  también con fines de diseño de riñones artificiales. En general el  modelado del proceso de hemodiálisis se basa en ecuaciones cinético-hemodinámicas <span id='citeF-3'></span>[[#cite-3|[3]]] o ecuaciones cinético-matemáticas <span id='citeF-2'></span>[[#cite-2|[2]]].   
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Ahora bien, el torrente sanguíneo arrastra una gran cantidad de sustancias, muchas de la cuales entran al riñón y alguna proporción de estas pasa a formar parte de la orina. Sin embargo, la mayoría de los modelos nefrológicos consideran solo la concentración de una sustancia <span id='citeF-7'></span>[[#cite-7|[7]]]. Estos modelos se han utilizado con fines terapéuticos o tratamiento de enfermedades vía control (cantidad de medicamentos) <span id='citeF-1'></span>[[#cite-1|[1]]],  y  también con fines de diseño de riñones artificiales. En general el  modelado del proceso de hemodiálisis se basa en ecuaciones cinético-hemodinámicas <span id='citeF-3'></span>[[#cite-3|[3]]] o ecuaciones cinético-matemáticas <span id='citeF-2'></span>[[#cite-2|[2]]].   
  
 
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En este contexto,  el propósito de este trabajo es analizar la  hemodinámica renal modelando matemáticamente  los procesos básicos de la producción de la orina, siguiendo las ideas expuestas en  <span id='citeF-7'></span>[[#cite-7|[7]]].  Para esto se asumen varias cosas: que el tejido renal es homogéneo, que ciertos parámetros fisiológicos son constantes y que la anatomía del riñón es simple. Además, se supone que el flujo sanguíneo es uniforme, se simplifican las interacciones químicas y se asume la ausencia de patologías. Con estos supuestos, el modelo resultante se puede resolver al menos numéricamente.
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En este contexto,  el propósito de este trabajo es analizar la  hemodinámica renal modelando matemáticamente  los procesos básicos de la producción de la orina, siguiendo las ideas expuestas en  <span id='citeF-7'></span>[[#cite-7|[7]]].  Para esto se asumen varias cosas: que el tejido renal es homogéneo, que ciertos parámetros fisiológicos son constantes y que la anatomía del riñón es simple. Además, se supone que el flujo sanguíneo es uniforme, se simplifican las interacciones químicas y se asume la ausencia de patologías. Con estos supuestos, el modelo resultante se puede resolver al menos numéricamente. En su mayoría este trabajo es expositivo, aunque se complementa con el desarrollo de los detalles que justifican las afirmaciones, y con los resultados de las simulaciones propias respectivas que no están en el artículo. El modelo que se considera está formado por: i) una EDO de primer orden con  dos condiciones de frontera (el valor de una de ellas es también desconocido y debe determinarse como parte del modelo), ii) una EDP con una condición de frontera y su respectiva condición inicial, y iii) 8 EDOs adicionales con sus respectivas condiciones iniciales.
  
 
==2 Formulación del modelo ==
 
==2 Formulación del modelo ==

Latest revision as of 17:45, 19 November 2024

1 Introducción

Junto al cerebro y el corazón, el riñón es un órgano fundamental en el sistema cardiovascular, ya que recibe aproximadamente el 20% de la sangre que el corazón expulsa hacia el organismo, en cada latido. Entre sus principales funciones se encuentran: regular la presión arterial, eliminar los desechos tóxicos a través de la orina y producir la hormona que estimula la formación de los glóbulos rojos [5].

Cuando no hay un funcionamiento adecuado del riñón, pueden presentarse enfermedades renales de diversas formas, desde infecciones y cálculos renales hasta enfermedades crónicas como la nefropatía diabética y la enfermedad renal crónica (ERC). Estas generan un problema de salud cada vez más importante a nivel global, afectando no solo la vida de los pacientes, sino también generando una carga significativa para los sistemas de salud debido a su alta prevalencia y costos asociados.

Por otra parte, los modelos hemodinámicos renales proporcionan una comprensión profunda sobre los patrones y comportamientos del flujo sanguíneo renal, lo que puede permitir detectar anomalías y disfunciones que de otra manera podrían pasar desapercibidas. Asimismo contribuyen a tener una perspectiva global e integral del problema, lo que coadyuva a avanzar en el diagnóstico, tratamiento y prevención de las afecciones renales.

Ahora bien, el torrente sanguíneo arrastra una gran cantidad de sustancias, muchas de la cuales entran al riñón y alguna proporción de estas pasa a formar parte de la orina. Sin embargo, la mayoría de los modelos nefrológicos consideran solo la concentración de una sustancia [7]. Estos modelos se han utilizado con fines terapéuticos o tratamiento de enfermedades vía control (cantidad de medicamentos) [1], y también con fines de diseño de riñones artificiales. En general el modelado del proceso de hemodiálisis se basa en ecuaciones cinético-hemodinámicas [3] o ecuaciones cinético-matemáticas [2].

 Esquema de las etapas de la formación de la orina en la nefrona [7].
Figura 1: Esquema de las etapas de la formación de la orina en la nefrona [7].

En este contexto, el propósito de este trabajo es analizar la hemodinámica renal modelando matemáticamente los procesos básicos de la producción de la orina, siguiendo las ideas expuestas en [7]. Para esto se asumen varias cosas: que el tejido renal es homogéneo, que ciertos parámetros fisiológicos son constantes y que la anatomía del riñón es simple. Además, se supone que el flujo sanguíneo es uniforme, se simplifican las interacciones químicas y se asume la ausencia de patologías. Con estos supuestos, el modelo resultante se puede resolver al menos numéricamente. En su mayoría este trabajo es expositivo, aunque se complementa con el desarrollo de los detalles que justifican las afirmaciones, y con los resultados de las simulaciones propias respectivas que no están en el artículo. El modelo que se considera está formado por: i) una EDO de primer orden con dos condiciones de frontera (el valor de una de ellas es también desconocido y debe determinarse como parte del modelo), ii) una EDP con una condición de frontera y su respectiva condición inicial, y iii) 8 EDOs adicionales con sus respectivas condiciones iniciales.

2 Formulación del modelo

La principal unidad operativa del riñón se llama nefrona, de la que hay aproximadamente un millón en cada riñón y cada nefrona es capaz de formar orina por sí misma. Es en esta donde se llevan acabo las 3 etapas para la producción de la orina (ver figura 1). En la primer etapa, la etapa de filtración glomerular, el glomérulo filtra el agua y otras sustancias del torrente sanguíneo.

Cada nefrona tiene un glomérulo cuya función es un filtrado inicial de la sangre. El glomérulo consta de una red de capilares envuelto por la cápsula de Bowman (una estructura en forma de copa). La presión arterial de la sangre en los capilares empuja el agua y los solutos pequeños hacia la cápsula de Bowman, a través de una membrana de filtrado. Con esto inicia el proceso de formación de la orina [7]. Aproximadamente el 20% de la sangre que entra a la nefrona, se filtra hacia la cápsula de Bowman. Tanto las plaquetas como las proteínas plasmáticas y células sanguíneas son demasiado grandes para pasar por el filtro, por lo que éstas continúan por la arteriola eferente, formando el 80% del líquido que no se filtró [5].

2.1 Modelo para la filtración glomerular.

Para modelar matemáticamente la dinámica del filtrado glomerular [7], suponemos que los capilares glomerulares se distribuyen en una región en forma de un tubo unidimensional con flujo y que la cápsula de Bowman que lo rodea también tienen la misma forma y flujo (ver figura 2). Suponemos que el filtrado glomerular se da a través de una pared capilar de logitud (linea punteada de la figura 2). Dado que el flujo a través de los capilares glomerulares es proporcional a la diferencia de presión a través de la pared capilar, el modelo para la filtración glomerular es Modelo tubular del glomérulo [7].

Figura 2: Modelo tubular del glomérulo [7].

(1)

junto con las relaciones

(2)

(3)

(4)

donde

  • y son las presiones hidrostáticas del fluido en los tubos 1 y 2 respectivamente (como se muestra en la figura 2, donde el tubo 1 esta en rojo y el tubo 2 en verde) y satisfacen las relaciones (2),(3), (4), donde representa las presiones, las resistencias y los flujos. Aquí, y hace referencia a la arteriola aferente, hace referencia a la arteriola eferente y hace referencia al túbulo descendente. denota el flujo de entrada, es decir el flujo en . y son ambas desconocidas y deben determinarse. Esto hace que este problema esté bien definido y sea no trivial.
  • es la tasa de filtración capilar.
  • es la presión osmótica tanto de las proteínas suspendidas como de otras sustancias de alto peso molecular y depende de .

2.1.1 Solución del modelo para la filtración glomerular.

2.1.1.1 Solución analítica implícita

Con unas simplificaciones algebraicas, la EDO en (1) se puede resolver por el método de separación de variables. La solución está definida implícitamente por

(5)

Usando la condición inicial y la condición final determinamos la constante de integración Usando propiedades de logaritmo y haciendo algunas manipulaciones algebraicas (ver [6]), se llega a la siguiente expresión

(6)

donde

En resumen, hasta ahora tenemos la solución implícita para dada por (5) y la de dada por (6) y además tenemos la relación . Así que si damos un valor para podemos resolver (6) para y obtener o de igual forma resolver (6) para y obtener . También obtenemos , vía la relación (2).

Aún con esto no podemos obtener una formula explícita para pero sí podemos resolver numéricamente, como lo explicaremos en la siguiente sección.

2.1.1.2 Solución numérica

Los valores típicos de los parámetros son , con Estos valores corresponden a una dinámica estacionaria del riñón, donde los parámetros permanecen constantes. La solución del modelo con estos parámetros se ilustra en la figura 3 (izquierda) para obtenida cuando que se obtuvo dandole valor a , a las resistencias y a las presiones y especificadas y fijadas en niveles típicos. Con esto, resolvemos (6) para (utilizando un simple algoritmo de bisección) y a partir de ello, las presiones correspondientes se determinan con ayuda de (2)-(4). Con los valores de y podemos darle solución la ecuación (5) por medio de bisección para encontrar a o bien aplicar un método como Runge Kutta para problemas de valor inicial.

Si quisiéramos estudiar el funcionamiento del riñón en estado no estacionario, por ejemplo, en una situación donde variara la presión de la arteria aferente entonces esto haría variar todos los demás parámetros. Los flujos y las presiones varían en función de la presión arterial. Para entender algo de esta variación, se dan valores para y para cada una de ellas se hace el procedimiento explicado anteriormente, obteniendo a correspondientes a cada y se grafican (como se muestran en la figura 3 derecha) la tasa de flujo sanguíneo renal y la tasa de flujo de filtración glomerular como funciones de la presión arterial . Observamos que tanto como crecen linealmente con respecto a . Sin embargo, en la realidad (según los datos mostrados en la figura 4), la tasa de filtración glomerular permanece relativamente constante incluso cuando la presión arterial varía entre 75 y 160 mmHg, lo que sugiere que existe cierta autorregulación en la tasa de filtración y por tanto en las tasas de flujo Este fenómeno lo estudiaremos en la siguiente sección.

Gráfica   de la  Curva q₁(x) correspondiente a Qd=125. Para  este caso, Qi=652.1 y Qₑ=527.1, x ퟄ[0,L] (izquierda).  Gráficas de  \fracQi5 y Qd contra Pₐ (derecha). Draft Dominguez Perez 785959114-filtrado.png
(3) Gráfica de la Curva correspondiente a . Para este caso, y , (izquierda). Gráficas de y contra (derecha).
 Gráficas  reales del  flujo sanguíneo renal con autorregulación  y  de la tasa de filtración glomerular [7].
Figura 4: Gráficas reales del flujo sanguíneo renal con autorregulación y de la tasa de filtración glomerular [7].

2.2 Autorregulación

En la segunda etapa, que es la reabsorción, algunos nutrientes y agua del líquido filtrado que fluye por el túbulo renal se reincorporan al torrente sanguíneo (capilares peritubulares). Lo que retorna son grandes cantidades de: aminoácidos, vitaminas, agua, glucosa, parte de la urea, los iones , , (bicarbonato), , (fosfato).

Por lo que se concluyó en la sección anterior, es claro que el riñón necesita regular la tasa de filtración glomerular. La función principal del túbulo ascendente grueso es bombear iones de sodio fuera de éste hacia el espacio intersticial, siendo casi totalmente impermeable al agua. Si la velocidad de flujo es lenta a través del túbulo, habrá una mayor reabsorción y una concentración de baja al final del túbulo que esta conectado con la mácula densa y el glomérulo. Por otro lado, cuando la velocidad de flujo es alta, hay una baja reabsorción y se produce una mayor concentración de y en la mácula densa. Esto se resume en la tabla 1.


Tabla. 1 Relación del flujo, la reabsorción y la concentración de cloro en el túbulo ascendente.
Flujo del túbulo ascendente Reabsorción
Caso 1: lento Alta Baja
Caso 2: rápido Baja Alta


Tabla. 2 Acciones que se deben tomar en las arteriolas para aumentar o disminuir el flujo.
Flujo Filtración
Caso 1: Aumentar Aumentar Aumentar Disminuir Disminuir
Caso 2: Disminuir Disminuir Disminuir Disminuir Aumentar

Para normalizar el flujo del túbulo ascendente ya sea porque este sea lento o rápido, las células de la mácula densa responden a la disminución de la concentración de NaCl (a través de un mecanismo no completamente conocido) liberando un vasodilatador que aumenta o disminuye la resistencia de las arteriolas aferentes. En el caso 1, es decir cuando el flujo es lento, las células yuxtaglomerulares liberan renina, una enzima que promueve la formación de angiotensina II, la cual constriñe las arteriolas eferentes. Esto resulta en un aumento simultáneo del flujo de filtrado a través del glomérulo. En cambio, en el caso 2, cuando el flujo es rápido, la concentración de NaCl en la mácula densa aumenta, se disminuye la resistencia de la arteriola aferente y aumenta la resistencia de la arteriola eferente, lo que disminuye la tasa de filtración y el flujo a lo largo del túbulo. Esto se resume en la tabla 2.

2.2.1 Modelado de la concentración de para la autorregulación2.2.1 Modelado de la concentración de C l − {\textstyle Cl^{-}} para la autorregulación

Un modelo sencillo de las oscilaciones tubuloglomerulares [7], se centra en el papel de la concentración de cloruro en la rama ascendente gruesa. Para modelar matemáticamente esta dinámica, suponemos que la rama ascendente gruesa tiene forma de un tubo unidimensional de longitud y radio constante, a través del cual el es transportado y al mismo tiempo bombeado a través de las paredes del túbulo (es el el que se elimina activamente, pero como el sigue pasivamente, el efecto es el mismo).

Supondremos que la concentración de cloruro es uniforme en cada sección transversal. Si usamos una coordenada para describir cada sección transversal del túbulo y dado los supuestos que hemos mencionado, denotamos por la concentración de en la sección transversal asociada con en el momento y modelamos esa concentración con la siguiente ecuación diferencial parcial de transporte

(7)

donde representa la tasa de eliminación de del tubo mediante el bombeo de y la tasa de cloro que pasa a través de cada sección transversal. Consideramos las expresiones siguientes

con constante, una diferencia de presiones, el flujo de referencia de una persona normal y la concentración de para la cual tiene un punto de inflexión, constante. A esta ecuación de transporte le asociamos la condición inicial .

2.2.2 Análisis cualitativo de la solución del modelo para la autorregulación

Introducimos el cambio de variable y definimos donde es el periodo de retardo adimensional.

De donde obtenemos la ecuación diferencial parcial retardada

(8)

con y . Para iniciar el estudio de la ecuación (8), vamos a obtener las soluciones en estado estacionario. Es decir le daremos solución a la ecuación

(9)

con . Claramente la solución de esta ecuación es

(10)

con . El valor de debe ser determinado y tomando en cuenta que el valor de debe satisfacer

(11)

Dado que es una función decreciente de ya que así existe un único valor de para el cual se cumple (11) y por tanto, una solución única en estado estacionario.

Al analizar la estabilidad de se presentan oscilaciones en la concentración de de la mácula densa, y por tanto en las demás variables como la tasa de flujo y la presión glomerular, estas podrían ser explicadas por un mecanismo similar al de una bifurcación de Hopf. En este mecanismo, existen algunos parámetros que dentro de un rango producen soluciones oscilatorias que convergen al estado estacionario, mientras que para otro rango de valores de los parámetros resultan soluciones que oscilan sin acercarse, alrededor del estado estacionario. Podemos encontrar más sobre esto en [6].

2.2.3 Solución numérica de la concentración de a través del tiempo2.2.3 Solución numérica de la concentración de C l − {\textstyle Cl^{-}} a través del tiempo

Se realizó un programa para aproximar numéricamente la solución del problema (8). Para ello realizamos los siguientes pasos:

  1. Discretizamos en nodos (() rectángulos) a . Para esto, consideramos una partición en , donde
  2. y una partición en , donde

    De lo anterior se tiene como resultado una malla con nodos o vértices . Para cálculos posteriores necesitamos enumerar cada nodo y esta numeración se hará recorriendo las rectas horizontales de abajo hacia arriba y los nodos en cada recta horizontal recorridos de izquierda a derecha, numerando cada intersección entre ellas. Al nodo se le asocia el numero de nodo e Esto se muestra en la figura 5.
    Resultado del paso 1: Malla computacional.
    Figura 5: Resultado del paso 1: Malla computacional.
  3. Construimos una aproximación para , es decir, para la solución en cada nodo . De acuedo a las condiciones de frontera para toda conocemos el valor de la función en entonces simplemente le asignamos a los nodos con esta característica el valor 1. Para todos los demás nodos se aproxima la solución mediante el método de Euler explícito, que se resume en el siguiente esquema
    (12)
  4. para y con y donde es la parte entera de .

  5. Finalmente construimos una función continua por pedazos, a partir de los valores de aproximación obtenidos en lo anterior. Esta función será la aproximación numérica de la solución para la ecuación (8) y graficándola obtenemos gráficas dadas en las figuras 6 y 7 .

Dado el dominio con y los valores típicos de los parámetros con las ideas anteriores, hicimos un programa para encontrar las soluciones numéricas de la concentración de a través del tiempo y con los datos siguientes para el caso estable (ver figura 6) y para el caso inestable (ver figura 7). La concentración de se representa en unidades adimensionales y la concentración al inicio de la rama ascendente gruesa es 1. La variable también es adimensional; para obtener segundos se debe multiplicar por 15.5 .

Una vez obtenida la concentración de como función global es decir la superficie obtenida para cada y para nuestros propósitos la grafíca de la concentración de que nos interesa es cuando estamos al final del asa ascendente de Henle, es decir en este caso para gráficas a la derecha en las figuras 6 y 7. Esta será la concentración (en ) que vamos a monitorear para saber cuál debe ser la cantidad de flujo en la filtración glomerular (la variable es adimensional, para hacerla dimensional se debe multiplicar por ). Si se da que en cierto tiempo se tendría que acelerar el flujo, al contrario, si en cierto tiempo se da que se tendría que disminuir el flujo. Esto se hace modificando las resistencias de las arteriolas aferente y eferente, lo cual tienen como efecto la modificación respectiva de la presión, del flujo y de la concentración. A este efecto le llamamos autorregulación.

Con las acciones que se hacen para los dos casos anteriores, se puede regular el flujo para que a medida que la presión aumente, el flujo se vuelva casi constante, como se muestra en la figura 8, que se obtuvo fijando la resistencia y variando la resistencia . Con esto observamos que aunque la presión aumente, se puede mantener acotada variando adecuadamente las resistencias.
  Caso estable de las soluciones oscilatorias  del modelo de la concentración  de Cl^- para la autorregulación, a la  izquierda la superficie de la concentración  de Cl^- para cada x y t,  a la derecha la curva que pertenece a x=1 para toda t. Draft Dominguez Perez 785959114-cestablecurva.png
(6) Caso estable de las soluciones oscilatorias del modelo de la concentración de para la autorregulación, a la izquierda la superficie de la concentración de para cada y , a la derecha la curva que pertenece a para toda .
 Caso inestable de las soluciones oscilatorias  del modelo  de la concentración  de Cl^- para la autorregulación, a la izquierda la superficie de la concentración  de Cl^- para cada x y t, a la derecha la curva que pertenece a x=1 para toda t. Draft Dominguez Perez 785959114-cinestablecurva.png
(7) Caso inestable de las soluciones oscilatorias del modelo de la concentración de para la autorregulación, a la izquierda la superficie de la concentración de para cada y , a la derecha la curva que pertenece a para toda .
  Grafica del flujo Qd con el proceso de autorregulación.
Figura 8: Grafica del flujo con el proceso de autorregulación.

2.3 Modelado de la reabsorción y la secreción

En esta etapa de secreción, se eliminan sustancias no deseadas hacia los túbulos renales, funcionando como un proceso inverso a la secreción. En la nefrona, el fluido dentro del asa de Henle fluye en direcciones opuestas en los segmentos ascendente y descendente, lo que permite la creación de un gradiente osmótico en la médula renal. Este gradiente facilita la reabsorción de agua. Además, debido a la conexión en el extremo inferior del asa de Henle, el flujo y la concentración de solutos que salen del tubo descendente deben coincidir con los que entran en el tubo ascendente.

Siguiendo a [7], consideramos que el asa de Henle consta de cuatro compartimentos: tres túbulos (rama descendente, rama ascendente y conducto colector (túbulo amarillo en la figura 1)) y un compartimento único para el intersticio y los capilares peritubulares (túbulo rojo en la figura 1). El lecho intersticial/capilar se trata como un tubo unidimensional que recibe líquido de los otros tres túbulos y lo entrega a las vénulas. En cada uno de estos compartimentos, seguimos el flujo de agua y la concentración de solutos.

Suponemos que el flujo en cada uno de los tubos sigue un patrón simple (positivo en la dirección positiva), con tasas de flujo para los túbulos descendentes, ascendentes, colectores y los túbulos intersticiales, respectivamente. De igual manera, la concentración de soluto en cada uno de estos se representa como . Se considera que los túbulos son unidimensionales, con el flujo del filtrado glomerular ingresando a la rama descendente en , pasando de la rama descendente a la ascendente en , dirigiéndose desde la rama ascendente al conducto colector en , y finalmente saliendo del conducto colector en . Se asume que el intersticio/compartimento capilar se vacía en , y que no hay flujo en . Para una mejor comprensión de lo anterior, ver figura 9.

Diagrama del modelo de cuatro compartimentos del asa de Henle [7].
Figura 9: Diagrama del modelo de cuatro compartimentos del asa de Henle [7].

El sistema de ecuaciones que resultan en nuestra modelación de la actividad en el asa de Henle es:

(13)

2.3.1 Solución del modelo para la reabsorción y secreción

Con fines de simplificar la descripción de la solución del modelo, haremos una adimensionalización al sistema de ecuaciones (13), normalizando los flujos y las concentraciones de solutos, con

y los parámetros adimensionales

La versión adimensional de (13) es

(14)

(15)

(16)

(17)

(18)

(19)

(20)

(21)

La ecuaciones (14)- (21) tienen las siguientes soluciones implícitas, respectivamente

(22)

(23)

(24)

(25)

(26)

(27)

(28)

(29)

La solución implícita del modelo de 8 ecuaciones (14)- (21) dice que si conocemos entonces está determinada, está determinada si conocemos y si conocemos entonces está determinada y finalmente si conocemos entonces y están determinadas. En resumen si y están determinadas, las seis ecuaciones diferenciales restantes (15), (16),(17),(19),(20) y (21) tienen solución y por lo tanto el sistema original de ocho ecuaciones estaría resuelto. Así que lo que hace falta es resolver el siguiente sistema de dos ecuaciones de primer orden en dos incógnitas.

(30)

(31)

donde y son funciones de y . Aunque hay tres condiciones iniciales para dos ecuaciones de primer orden, el número también es desconocido, por lo que este problema está bien planteado. Con esto observamos que la solución del modelo completo de 8 ecuaciones se reduce a resolver el modelo de que en general es difícil de resolver tanto analítica como numéricamente.

En las siguientes secciones estudiaremos un poco del comportamiento de la solución de esta ecuación, considerando un caso particular o un caso límite que es cuando se considera ausencia de ADH en la formación de orina.

2.3.2 Solución del modelo en ausencia de ADH y de aldosterona

La hormona antidiurética (ADH) regula la permeabilidad al agua en los riñones, mientras que la aldosterona controla la permeabilidad al sodio. La falta de ADH, como en la diabetes insípida central, provoca la producción de grandes cantidades de orina diluida. La aldosterona, producida en la corteza suprarrenal, modula la cantidad de canales de sodio y la actividad de la ATPasa , afectando la eliminación de sodio y potasio. Desórdenes como la enfermedad de Addison o el síndrome de Conn ilustran desequilibrios causados por niveles anormales de aldosterona. Vamos a considerar un caso en particular, suponemos que no hay ADH presente, entonces y que no hay aldosterona presente, . En este caso se deduce que

En otras palabras, no hay pérdida de agua o de en el conducto colector por lo que la ecuación para (31) ha sido reducida a una ecuación algebraica. Por lo que ahora, queda por determinar lo que ocurre en los túbulos descendente y ascendente. El flujo se rige por las siguientes ecuaciones

(32)

con De las ecuaciones (22) y (27) se deduce que

Con constante ya que el miembro ascendente es impermeable al agua y una función linealmente decreciente de .

Observamos que el problema (32), tiene asociadas dos condiciones de frontera, pero una de ellas está en términos de un parámetro desconocido que se debe determinar como parte del problema.

En el caso que nos ocupa (ausencia de ADH), adicionalmente consideraremos que el túbulo descendente sea bastante permeable al agua. Lo cual implicaría que debemos tomar pequeño en el problema (32). Pero entonces, la ecuación diferencial (32) es difícil de resolver tanto analítica como numéricamente ya que resulta ser singular. Dado que es diferenciable e invertible, por el teorema de la función inversa, podemos resolver este problema buscando una solución en la forma que satisface la ecuación diferencial

(33)

Para resolver este problema buscamos en función de como serie de potencias de

(34)

sustituyendo en (33), igualando y expandiendo en potencias de se tiene que

(35)

Ahora determinamos haciendo en (35), y despejando para determinarla, obteniendo

(36)

Ahora podemos graficar en función de y girar los ejes para ver en función de . Esto se representa en las figuras 10. Una vez que se determina en función de , podemos graficar la concentración en función de , dada en la figura 11.

Draft Dominguez Perez 785959114-qdy.png Curva  del flujo Qd  (izquierda) y la curva de la función y (derecha) con los valores de los parámetros  con los valores de los parámetros: P=0.09,∆Pd=0.15, Hd=0.1,    ρd=0.12, Hc=0.
Figura 10: Curva del flujo (izquierda) y la curva de la función (derecha) con los valores de los parámetros con los valores de los parámetros:
  Curva de la concentración en el túbulo descendente Cd con los valores de los parámetros: P=0.09,∆Pd=0.15, Hd=0.1,    ρd=0.12, Hc=0.
Figura 11: Curva de la concentración en el túbulo descendente con los valores de los parámetros:

A partir de las gráficas anteriores observamos que la función es decreciente ya que hay ausencia de ADH y de aldosteorona en el tubo descendente, es decir no hay regulación en el fujo de agua, produciendo una gran cantidad de orina diluída y un flujo rápido. En el caso de la función es creciente ya que no hay una adecuada reabsorción, quedando gran cantidad de sodio en el túbulo descendente.

3 Conclusión

En este trabajo, se presenta un modelo para la hemodinámica renal, centrado en la producción de orina. El modelo se descompone en tres submodelos:

1. Filtración glomerular: Se modela mediante una ecuación diferencial de primer orden con dos condiciones de frontera desconocidas, mostrando que el flujo resultante es lineal con respecto a la presión arterial, lo cual no es del todo preciso en la realidad debido a un proceso de autorregulación renal que mantiene constante el filtrado a pesar de variaciones en la presión.

2. Autorregulación: Se utiliza una ecuación diferencial parcial de transporte con retardo para modelar la concentración de cloro en el túbulo ascendente del asa de Henle. Se descubrió que, dependiendo de algunos rangos de parámetros, las oscilaciones en la concentración de pueden llevar a soluciones que convergen rápidamente al estado estacionario o a soluciones casi periódicas, lo que sugiere la posibilidad de una bifurcación en el sistema.

3. Reabsorción y secreción: Se aborda mediante un sistema de ecuaciones diferenciales ordinarias que modela el flujo de agua y sodio en el asa de Henle. Se demuestra que, en ausencia de ADH y aldosterona, se produce un flujo decreciente de agua, lo que resulta en una gran cantidad de orina diluida y un aumento en la concentración de cloro.

En conjunto, aunque el modelo presenta limitaciones, logra simular satisfactoriamente la dinámica de la eliminación de desechos metabólicos a través de la orina en situaciones específicas.

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Published on 19/11/24
Submitted on 12/09/24

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